Versión clásica

El Alcázar de Enrique II de Trastámara de Ciudad Rodrigo (Salamanca)

El Castillo de Enrique II de Trastámara, fortaleza del siglo XIV, localizada en la ciudad de Ciudad Rodrigo, contempla la villa con su elegante Torre del Homenaje desde un tajo elevado como un nido de águila, sobre la vega del río Águeda, ofreciendo maravillosas vistas a los paisajes del Campo Charro.

Fotografía: Martínezld

El castillo de Enrique II, es también conocido como Castillo de Enrique II de Trastámara o Castillo de Ciudad Rodrigo. A pesar de que se le conoce con el nombre de otro monarca, fue Fernando II de León quien mandó construir el castillo original sobre una fortificación primitiva de la villa. En 1372, sería de nuevo reconstruido, esta vez por Enrique II de Trastámara, quien contrató al arquitecto zamorano, Lope Arias Jenízaro. En una placa sobre el arco de entrada al recinto, figura una placa conmemorativa de la fecha de su construcción: el 1 de junio de 1372.

Fotografía: Martínezld

La fortaleza se desarrolla en torno a la torre del homenaje, una torre cuadrada de 17 metros de lado. En torno a esta torre, se desarrolla un muro con dos pequeñas torres cuadradas en sus extremos. La torre del homenaje cuenta con dos pisos.

A finales del siglo XV, durante el reinado de Fernando III, se llevó a cabo la construcción de unas murallas urbanas de mano del arquitecto gallego, Juan de Cabrera. También se añadió un segundo perímetro amurallado oval en torno a la ciudad, con una longitud total superior a los dos kilómetros.

Fotografía: Martínezld

En el enfrentamiento entre Enrique II y su hermano Pedro I, Ciudad Rodrigo tomó partido por éste último. Sufrió un gran asedio que duró más de dos meses y, aunque los muros resistieron, el daño que recibieron fue enorme.

Una vez tomada la plaza, el rey don Enrique restauró la cerca y levantó su altura hasta doce varas —unos diez metros—, completando su fortificación con la construcción del Alcázar.

Lo construyó en 1372 Lope o Gonzalo Arias, en la parte menos accesible de la ciudad, en roca viva y zona escarpada sobre el río, totalmente inasequible.

Fotografía: Martínezld

Destaca la Torre del homenaje de tres plantas con ventanas ojivales, rodeada por una muralla con torres de defensa, que en 1506 levantó a su costa Antonio del Águila, Alcaide de la fortaleza y su Alférez mayor.

A partir de entonces, y durante los siglos XVII y XVIII, se llevaron a cabo obras de reparación y refuerzo defensivo.

En 1928 albergó el museo regional y seguidamente fue Hotel de Turismo, promovidos ambos por don Manuel Sánchez Arjona y de Velasco, el Buen Alcalde.

Desde 1931 es Parador Nacional de Turismo y en estos últimos años se ha llevado a cabo una gran reforma para su ampliación y mejora, abriendo de nuevo sus puertas en 2000.

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