Versión clásica

El Torreón de los Tovar en Boca de Huérgano (León)

El edificio más emblemático de Boca de Huérgano son las ruinas del castillo de los Tovar, señores de la Villa que datan de finales del siglo XIV.

Fotografia: Ayto. Boca de Huergano

La Edad Media ha sido la etapa que más ha marcado la historia del municipio de Boca de Huérgano. De hecho, herencia de aquella época es la denominación de Tierra de la Reina, que porta con orgullo esta comarca probablemente a partir de que la reina Dña. Berenguela de Castilla recibiera estas tierras (concretamente el castillo de Portilla) como dote por su boda con Alfonso IX, rey de León, a finales del siglo XI.

De todas formas, la tradición popular apunta otras posibles explicaciones. Así cuenta que, en algún tiempo, la comarca era asignada a las reinas de León, de tal modo que el cobro de impuestos les servía para cubrir sus gastos personales.

Se halla, pues,  la Torre de los Tovar en la localidad de Boca de Huérgano, muy próxima a Riaño en la comarca leonesa de la Montaña Oriental leonesa-.

La torre de los Tovar fue construida a finales del siglo XIV con la creación del señorío de Tierra de la Reina. En 1371 Enrique II de Trastamara donó el señorío a su sobrino Alfonso Enríquez, hijo de don Tello. Juan Tovar fue el cuarto poseedor del señorío por matrimonio.

Nos hallamos ante un torreón medieval del cual se conservan tres de sus lienzos, que han sido restaurados recientemente, impidiendo su derrumbe total. Manuel Gómez Moreno, “Catálogo Monumental de la Provincia de León”25, hace referencia a la Torre de los Tovar como torreón cuadrado que podía datarse a finales del S.XIV.

El Torreón de lo Tovar tendría una función simbólica y de residencia para la familia, los señores de la Tierra de la Reina, formando parte del conjunto defensivo existente en estas tierras de frontera.

Se trata de un torreón construido a finales del S.XIV coincidiendo con la creación del señorío de Tierra de la Reina. Podría tratarse de una casa fuerte, sin función militar pero sí tendría función simbólica y de residencia de la familia Enríquez, posteriormente Tovar-Enríquez.

Actualmente el torreón conserva tres de sus caras, faltando el muro enfocado al sureste, de forma parcial, pudiendo ser observados los muros de cimentación. Planta cuadrangular, cuyas medidas, aproximadas, son 8,5 metros por 8,5 metros, amentando la anchura en la parte correspondiente a la cimentación. Su altura, aproximada, por su parte más elevada es de 11,67 metros

Fotografía: Castillos.net/Eduardo Argote Fraile

Si atendemos a la obra de Manuel Gómez-Moreno podríamos afirmar que el torreón contaba con tres alturas pero por lo que podemos apreciar, sobre el terreno y tras las recientes obras de consolidación, se trataba de una estructura de cuatro alturas, afirmación se puede ratificar si acudimos a la Carta Arqueológica.

Respecto a su construcción, se obserba que los muros están hechos con mampostería, con algo menos de un metro de grosor.  La puerta de acceso, la podemos encontrar por el muro orientado hacia el suroeste, habiendo sido desenterrada por la obras de consolidación del edificio.

La excavación y recuperación de la torre han dejado al descubierto una serie de estructuras a su alrededor. como la existencia de un recinto exterior a la torre.

Tanto algunas de estas estancias mencionadas como la mayor parte del patio desenterrado cuentan con un suelo empedrado, hecho por medio de guijarros. La ordenación de los materiales correspondería con una colocación de forma rectangular con un relleno dispuesto en forma de aspa. En el centro de dicho patio
podemos localizar una gran cavidad, seguramente un pozo.

Las obras realizadas no han sacado a la luz la totalidad de los restos existentes debido a que para ello sería necesaria una labor de excavación en terrenos privados.

Podemos concluir el gran valor, histórico y constructivo, de la Torre de los Tovar, y su localización estratégica en la Tierra de la Reina. Nos encontramos ante un conjunto arquitectónico único en la Montaña Oriental Leonesa que ponemos en relación con otras construcciones similares, como la Torre del Infantado, en la localidad cántabra de Potes.

Los franceses quemaron el pueblo y el palacio del que formaba parte el torreón, permaneciendo éste en ruinas desde entonces hasta su restauración en 2012. En la actualidad alberga el centro de interpretación de la caza

 

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