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Riaño celebra este sábado el “andruido”, un carnaval tradicional recuperado en el año 2009

En la Comarca de Riaño  se celebró hasta la segunda década del siglo XX, un carnaval tradicional recuperado en el año 2009. Las informaciones nos han llegado de un habitante de Riaño, natural de Pedrosa del Rey, Constancio Rodríguez Fernández, donde, desde tiempo inmemorial, se celebraron estos carnavales. Actualmente el pueblo de Pedrosa del Rey se encuentra anegado por las aguas del pantano de Riaño.

La tradición era común a todos los pueblos de la Montaña de Riaño, estando documentada en Burón, Boca de Huérgano, Siero de la Reina, Valle de Valdeón etc…

En la localidad de Boca de Huérgano las madres han confeccionado trajes para los niños de zamarrones y damas, para lucirlos el día 25 de febrero en la Mojiganga de Riaño, por la tarde.

Hay que destacar también, que al final de la Mojiganga (desfile de zamarrones celebrado en Riaño, el día 10 de febrero, al oscurecer) se repartirá entre todos los presentes chocolate con “ frixuelos ”, una delicia gastronómica de esta Montaña de León, mientras se prende la Choza, una gran fogata, que nunca se ha dejado de hacer en Riaño, Liegos y otras localidades de la Comarca.

Este año 2018 se ha recuperado la figura del herrero, documentado en el pueblo de Burón .Personaje que se fue incorporando al Antruido con el paso de los siglos, donde un herrero, con un gran mazo golpea a los viandantes.

Un vez más, se promocionará el aspecto gastronómico, con la degustación en varios restaurantes de la localidad de Posada de Valdeón, Riaño y Boca de Huérgano, previa reserva, del ancestral “Cocido de Arvejos o Arvejada”. Plato típico por excelencia de esta montaña leonesa y que se ha recuperado del olvido.

El día 13 de febrero de 2018 a las siete de la tarde desfilaremos en León capital, junto a otros antruejos de la Región Leonesa.

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Personajes del Antruido

Los Zamarrones

ZAMARRÓN, derivación de la palabra “zamarra”: vestido de pastor confeccionado con piel de oveja, compuesto por el gorro, la zamarra, el pantalón o los zahones, polainas y coricias,  las madreñas, calzadas con escarpines en los píes, de pardo o sayal.

Constancio los recuerda así: “ los ZAMARRONES, eran mozos cubiertos de pieles de lana de oveja negra sobre chaquetas de lana basta. Cara tiznada de negro, un gorro ajustado de lana o paño negro. Bajo las pieles llevaban unos pantalones oscuros bombachos. Botas enterizas de cuero negro llamadas escarpines que subían a media canilla y calcetines largos. Unos cinchos cruzados al pecho, sujetaban el cinturón de cuero ancho del que colgaban varios  cencerros que movían rítmicamente haciendo gran escándalo. Algunos llevaban una cola de zorro, de yegua o caballo que ataban en la parte trasera del cinturón a modo de rabo.

Para cubrir la cara y la cabeza se fabricaban caretas o caperuzas con agujeros para los ojos, muchas veces un simple saco con dos agujeros para poder ver, con apariencia de lobos, zorros, osos y otros animales, o de cualquier cosa que pudiera asustar (monstruos). En ocasiones también se ponían cuernos sujetados con una estructura de madera y piel de carnero a modo de representación del ganado. Cuando no tenían cuernos de vaca los sustituían por varas de madera que los rapaces tallaban. También melenas de uncir las vacas, colocadas sobre la cabeza.

La función de los Zamarrones era correr tras las mozas tirándoles agua y las pelusas de una planta que crece cerca de las lagunas y es muy difícil de quitar. Algunos mozos hinchaban vejigas de gocho (denominadas zambombas)que después explotaban con gran algarabía”.

Los  mozos del pueblo también se tiznaban la cara con ceniza, se colocaban unos Cencerrones, – tres o cuatro-, sujetos a su cintura con un cinto, haciéndolos sonar mientras saltaban y cuya única función era  asustar a los rapaces, y otros se disfrazaban, de modo que no se le reconociera, de viejos, viejas, con sacos o envueltos en paja atada al cuerpo, o con ramas de árbol, con pieles de animal, trapos viejos. Incluso los más hábiles además de disfrazarse utilizaban largos zancos para asustar a los rapaces. Con una rama de espino, azuzaba a las personas que se encontraba por la calle. Cuando entraban en las casas, solían pedirles que o cantasen o que bailasen para hacer sonar sus campanas.

El buey y torero

En el año 2011 se recuperó en  la Mojiganga, las figuras del buey y el torero, tal y como nos las ha descrito el señor Constancio.

“ El buey era un ARMAZÓN llevado por un mozo robusto que soportaba sobre los hombros. Unos cuernos (de buey o vaca) atados en la parte delantera y forma de asiento en la trasera donde iba sentada la VIEJA. Unas mantas oscuras cubrían el resto del armazón simulando la piel del buey”.

Un rasgo dis­tintivo de todo este histórico carnaval leonés es el buey. La meseta, Omaña, ribera del Órbi­go y recuerdos de su existencia en la montaña de Cistierna, ava­lan su amplitud y generalidad. El disfraz era y es sencillo: cuatro palos rematados por unos cuer­nos que evoluciona también hacia un armazón cornudo, un portador o dos a veces cubiertos por una manta de colores, y a simular embestidas que se con­vierten en carreras y desbandada. Todo ello, con variantes según el lugar. En la Montaña de Riaño, además del buey hay un torero, que viste con camisa blanca y faja de color, y un pañuelo al cuello; botas y además de la cara pintada portan un gorro que acababa en punta y una espada de madera teniendo la misión de buscar presas para la embestida del toro;  procurando igualmente carreras a los espectadores des­cuidados. Si consultamos la monografía sobre El Carnaval de Julio Caro Baroja, hallaremos reseñado el disfraz de buey o vaquilla en los carnavales de muchas regiones de España,

Y en la Comarca de Riaño, se recuerdan también las peleas entre los toros de los Concejos, de carne y hueso, que peleaban la tarde del domingo gordo, ante una multitud entusiasta. Y así quedó recogido en aquella novela de Antonio Valbuena, La Caza mayor y menor (1913) donde nos narra todo el ceremonial de la pelea del toro de Riaño con el de Siero de la Reina, en una tarde de Carnaval. Nos ha quedado una imagen gráfica, la famosa foto de Primo Fernández de la pelea de toros entre los concejos de La Puerta y de Escaro en el año 1948..

La vieja es otro de los personajes. Hombre travestido vestido de negro con un jubón (vestidura de lana cruzada que cubría el torso) bajo manteles oscuros y faldas grandes de tela gruesa del mismo color (manteos). En la cabeza llevaba un pañuelo negro atado sobre la frente que le dejaba entrever ligeramente la cara descubierta.

Iba cardando lana con un huso y un recipiente con aceite. La gente la provocaba y algunos mozos le tiraban el aceite. Cuando salía aparecía montada sobre el TORO

Desde el año 2012 el toro lleva también sobre él  la figura de la vieja, tal y como lo recuerdan vecinos de Pedrosa del Rey. Personaje con un origen vinculado a la diosa madre, a deidades femeninas prerromanas, señora del invierno y de la naturaleza, que va golpeando con el huso.

El oso era escogido entre los hombres mas grandes del pueblo (el último fue un hombre llamado Cecilio, de Pedrosa del rey, famoso por su corpulencia). Iba vestido de arriba a bajo con pieles, zamarra y polainas que imitaban la figura de un oso. No era acompañado por nadie, iba danzando y dando vueltas.

Tras ellos iban una o varias Damas de antruido, bien vestidas (pudiendo ser hombres travestidos), montados en burros disfrazados (uno de ellos con un butrón o red de pesca del río sobre la cabeza). Llevaban falda de color rojo y el rostro tapado para no ser reconocidos/as.

El ciego. Personaje legendario que recorría las calles dando palos de ciego con su borracha, a todo el que encontrara.

Relata Constancio que “en 1922 la mojiganga de Siero de la Reina(pueblo cercano) visitó Pedrosa del Rey y aún recuerda estos versos:

  • Encima de tu corral está la luna posada
  • Que no la deja pasar la hermosura de tu cara.
  • Llevaban todos los personajes y músicos, aunque el OSO estaba peor “hecho” que el nuestro”.
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La preñada, hombre vestido de mujer, que simula un parto, pariendo un animal…..un gato, un zorro…..      

El herrero. Hombre con la indumentaria de un herrero tradicional, con la cara tiznada de negro, que con un gran mazo golpea a los viandantes en los pies y entraba en las casas, hasta que le daban una “perrina” o “perrona” de propina y los dejaba en paz.

En el pueblo de Burón(León) se recuerda la “Mojiganga” que aparece en las tradiciones Carnavalescas de la Villa de Burón, con personajes como “El herrero” y “El Sogueroy  EL Caballo. Todos  recorrían las calles en Antruido. En “Antruido” (carnaval), en Burón, los mozos disfrazados con alamares esperpénticos y todos tiznados con carbones recorrían el pueblo asustando a las gentes y tiznando a las mozas que encontraban, que eran pocas pues se escondían bien, no estaban seguras ni en sus casas.

El caballo está hecho con papeles, trapos y crines colgando. Desde tiempos prerromanos existió el culto al caballo como animal sagrado. Así lo encontramos grabado en las lápidas funerarias del pueblo vadiniense encontradas en la Montaña de Riaño.. Los caballos llevaban el alma de los difuntos AL MÁS ALLÁ. El caballo también lo recuerdan Florinda y Evaristo en Boca de Huérgano(León).

Otro era el soguero que corría tras las mujeres y si eran mozas mejor para trenzarles las sayas y pañuelos en la soga que venia tejiendo, había que soltar la propina sino te quitaba las prendas y marchaba tejiéndolas por la calle.

En el pueblo de Carande( León) también se recuerda esta hermosa tradición y según unas declaraciones de Bernardo Diez Gutiérrez que recoge el libro de Julia Miranda, consistía en lo siguiente:

Los mozos de Carande, el martes de Carnaval, hacían con escobas y piornos en el “Canto el Pozo,” esto es, en un alto, lo que llamaban el “chozo antruido”, que era una especie de pira (hoguera) de forma cónica que quemaban al llegar la noche para que la hoguera se viese bien lejos, desde los pueblos próximos. Mientras ardía, organizaban alrededor una gran fiesta comiendo y bebiendo sin tasa, al tiempo que cantaban y gritaban frecuentemente:

“¡Antruido afuera, Pascua venga!”, con lo que trataban de dar a entender que no querían nada con la Cuaresma, tiempo de sacrificios y penitencias. Una vez quemado el chozo, bajaban al pueblo tocando a todo tocar los cencerros de las vacas y hacían toda clase de bromas a los vecinos, como coger las mantas de las camas y colocarlas en lo alto de los tejados o leñales, sostenidas con un palo, llamar a la puerta de las mozas y, cuando éstas salían a abrir, mojarlas con las esgurrupetas o currupetas (especie de jeringas grandes hechas con ramas de saúco huecas que llenaban de agua), etc…

  • Antonio González Matorra
  • Presidente de la Asociación Cultural Montaña de Vadinia- Riaño. Región Leonesa.

 

El cocido de arvejos de la montaña de Riaño ( León)

Con ocasión de la Fiesta del Antruido a celebrar el día 10 de febrero de 2018, sábado, en Riaño(León), se lleva a cabo la promoción y puesta en valor de un plato autóctono, típico de la Montaña de Riaño, que con el paso de los años ha ido quedando relegado en el olvido. Una delicia gastronómica desconocida para el gran público, incluso dentro de las propias tierras de la Región Leonesa, de donde es originario.

Antiguamente era un plato cotidiano de las gentes de la Montaña Leonesa de Riaño, y aún hoy se sigue cultivando el arvejo, sobre todo en la subcomarca de Tierra de la Reina, y cocinándose en sus hogares, aunque de una manera menos habitual que antaño. En el año 2015 por primera vez se envasó y comercializó en saquines de un kilo y se sigue vendiendo en tiendas de Riaño.

El arvejo es una  legumbre autóctona de esta Comarca.  Las legumbres han sido cultivadas por siglos por una gran variedad de culturas. Se pueden considerar alimentos nutricionalmente recomendables teniendo en cuenta su composición en proteínas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas.

Pero aunque son el producto que da nombre al cocido que hoy presentamos, no es ni mucho menos, el único ingrediente.

El resto de los productos naturales se obtienen de la base alimenticia de los habitantes de esta Montaña; los productos de la matanza, el pan, el nabicol, y las manzanas de los huertos.

¿En que orden se sirve el cocido de arvejos?

En primer lugar tenemos la sopa de arvejos. Sopa con el color característico del caldo resultante de la cocción de los arvejos. Una vez migado en una cazuela de barro el pan de hogaza, como para sopas, se añade sobre él, el caldo citado.

En segundo lugar se sirven los arvejos en una fuente, acompañados del nabicol, nabo característico de esta Montaña de Riaño.

En tercer lugar se pondrá sobre la mesa la fuente de barro con las costillas, espinazo, morro, pata, lengua, el chorizo, el tocino, y la oreja, para que cada comensal se sirva a su gusto. Todo ello, producto adobado y curado al humo.

La androja es un embutido típico de esta Montaña, hecho a base de grasa de gocho,  harina y pimentón, metido en saquines de tela de unos 100 gramos, y cocido como las morcillas. Se come untándolo con tocino sobre el pan.

Para terminar, se degusta de postre las manzanas asadas, que era la fruta disponible en estos pueblos.

Las reservas están ya a punto de agotarse en los restaurantes que lo sirven.. cuatro en Riaño(Hotel Presa, Sainz, El Molino y Tanis), Casa Abascal en Posada de Valdeón  y el Hotel Tierra de la Reina en Boca de Huérgano.

  • Antonio González Matorra
  • Presidente de la Asociación Cultural Montaña de Vadinia.

 

 

 

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