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Entrevista al director técnico ejecutivo de bodega-convento de Las Claras

“No creo que exista un terreno mejor que Ribera del Duero para elaborar los vinos de calidad y categoría que buscamos”

Con más de 17 años de experiencia en bodegas como Emilio Moro, Cepa 21 y Carmelo Rodero, además de haber dirigido el Consejo Regulador dela D.O. Riberadel Duero, José Carlos Álvarez ha emprendido el reto más emocionante de su vida: elaborar sus propios vinos al frente de Bodega Convento de Las Claras.

 ¿Cómo nace este proyecto?

Hace unos siete años que mi relación con el Hotel Spa Convento Las Claras es muy estrecha, pues he colaborado en la confección de su carta de vinos y la realización de menús maridados con vinos de todo el mundo. Llevaba varios años pensando en un proyecto nuevo y propio: elaborar un vino con el que poder expresarme, sin las ataduras que supone trabajar para una bodega que no diriges tú. En Marzo comenzamos a pensarlo en serio y elaboramos un proyecto viable, pero prudente, teniendo en cuenta las difíciles circunstancias económicas del momento actual.

Y enseguida pensé en compartir este proyecto con Luis y Jesús, los propietarios de Hotel Spa Convento Las Claras. Les propuse hacer un vino bajo la marca Convento de Las Claras. Les pareció estupendo, pues así cerraban el círculo del enoturismo: alojamiento de máxima calidad, vanguardia y tradición gastronómica en su restaurante, tratamientos de relax en su spa y, a partir de ahora, vino y bodega propia. Y el 13 de septiembre firmamos el nacimiento de la sociedad en la que también participa el Restaurante Las Tinajas de Granada.

¿Qué tipo de vinos van a elaborar? ¿Con qué variedades de uva? ¿Bajo el amparo de la D.O. Ribera del Duero?

Siempre bajola D.O. Riberadel Duero, el primero que lanzaremos al mercado será un joven roble con seis meses de barrica, previsto para Junio 2012, con una producción de 30.000 botellas, seguido de un vino con 12-14 meses de crianza en roble nuevo, -fermentación manoláctica incluida- y un vino más ‘top’ con 18-22 meses de crianza.

Todo ello, con uva mayoritariamente tempranillo, pues más del 70% de nuestros viñedos tienen una edad superior a 90 años, y esta es la variedad autóctona de la zona. La filosofía es clara: respeto máximo por el viticultor y el precio de la uva, y respeto por la tierra. Buscamos una mineralidad superior en los vinos: fermentaciones óptimas, trabajando con levadura autóctona, que sean las propias uvas las que hagan su propia fermentación natural. Además, cabe destacar la gran inversión que hemos realizado en el parque de barricas, con un 75% de barricas de roble francés y un 25% de americano, aproximadamente.

 ¿Cómo van a ser sus vinos?

Buscamos un vino joven con muchísima fruta pero muy serio. El segundo, ya con 12-14 meses de barrica, será muy especiado, con mucho color y una gran profundidad. Y para terminar, el reserva con 18-22 meses de barrica será muy mineral, buscando satisfacer a los consumidores más exigentes. La situación del mercado actual pide que hagamos grandes vinos ajustando los precios. Pero serán vinos siempre con personalidad propia.

¿Hacia qué tipo de consumidor se van a dirigir sus vinos? ¿En qué escalón del mercado se van a mover?

La escala de precios se va a mover en tres, ocho y 14-16 euros, aproximadamente. Cuanta más gente pueda beber nuestro vino, mejor. No buscamos un público elitista, pero sí exigente, con criterio propio y que sea consciente de la calidad que va a tener en la copa.

¿Siempre se ha planteado elaborar sus vinos en esta tierra? ¿Qué tiene Ribera del Duero que no tienen otras comarcas vinícolas?

En primer lugar, la cercanía con el hotel, pues en apenas cinco minutos en coche podemos llegar hasta aquí, facilitando igualmente el traslado de los clientes. Y en segundo lugar, porque buena parte de la historia de mi vida está aquí. Cuando yo termino de estudiar enología, con 23 años, y comienzo a buscarme la vida en este mundo, me propuse jugar en ‘Champions League’ y apostar por los mejores, y aposté por Ribera del Duero. Trabajé en el Consejo Regulador hasta el año 2002 y, además, he trabajado para algunas de las bodegas más destacadas de la zona, como Emilio Moro, sin olvidar los trabajos de investigación que sigo desarrollando con diversas universidades. Así que, tras 18 años de experiencia en Ribera del Duero, no creo que exista un terreno mejor para elaborar los vinos de calidad y categoría que buscamos.

¿Cuál es el valor añadido de la Bodega Convento Las Claras? ¿En qué se va a diferenciar del resto de bodegas de la comarca?

Principalmente, en la calidad del viñedo que vamos a utilizar y los suelos donde se asienta, porque no todos los viñedos viejos sirven para dar buen vino ni todos los viñedos se han plantado en suelos acordes a su calidad. Y, como decíamos, aportar un producto de muchísima calidad al mercado, con un precio muy ajustado, que es lo que demandan ahora mismo los consumidores. Siguiendo con la filosofía de calidad del Hotel Spa Convento Las Claras, si nos hemos decidido a elaborar vino es porque vamos a hacer un gran vino.

Además, a nivel de visitas en la bodega, aquí vamos a invitar a la gente a probar el vino de la barrica directamente y serán los propios trabajadores de la bodega, como yo, son los que se van a encargar de realizar la visitas, desde el viñedo a la bodega. Y todo ello, con unos horarios de visita sumamente flexibles, todos los días de la semana.

Como bodega que acaba de nacer, ¿cuáles son sus planes más inmediatos?

Mimar la uva que nos acaba de entrar, enfocar aún más la bodega de cara al enoturismo, con la idea de poder recibir en el futuro unas 14.000 visitas anuales, y comenzar a trabajar los mercados internacionales, sobre todo EE.UU. y Asia.

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