Por otro lado Criosanabria también está catalogando los ramos de León y Zamora y anima a estudiantes universitarios o de master que hagan sus trabajos finales sobre estos aspectos teniendo el apoyo de la asociación.
Criosanabria está trabajando en la puesta en valor de los pendones de León y Zamora con la elaboración de un mapa participativo sobre la ubicación de las localidades que todavía mantienen la tradición del pendón y así la gente tenga la información disponible para poder visitarlos.
Asimismo Criosanabria está trabajando en recuperar varios pendones de la comarca, entre ellos el de Triufé de Sanabria, para poderlo sacar esta misma primavera de 2025.
Por otro lado Criosanabria también está catalogando los ramos de León y Zamora y anima a estudiantes universitarios o de master que hagan sus trabajos finales sobre estos aspectos teniendo el apoyo de la asociación.
Hay que recordar que el pendón es un estandarte integrado por la manta o paño de seda adamascada de grandes dimensiones, de uno o varios colores, distribuidos en franjas horizontales, con terminación generalmente en dos puntas (“partido” o “señal”), adornado con agremanes y flecos, todo ello variando en tamaño, diseño y colorido según territorios o localidades. Los colores más frecuentes son el rojo carmesí, morado, verde, blanco, dorado …. Esta enseña se coloca sobre una vara o mástil de entre 5 y 15 metros (en función del pendón que ha de sostener), llegando a pesar entre 30 o 40 kilos. En la parte superior de la vara se engarza una cruz de pequeñas dimensiones o un ornamento vegetal o flores.
Para ayudar a desplazar el conjunto y darle más estabilidad, se dispone de los remos o vientos, unos cordones de seda o algodón unidos a la vara en su parte superior equilibrando el desplazamiento del pendón, que es llevado en alto por el pendonero, con ayuda de un cinto o arnés, también conocido como cinchas, sobre el que se apoya con un gancho de metal fijado en la propia vara.
La utilización de los pendones como enseñas concejiles, de jurisdicción histórica e identidad de las comunidades locales, constituye una práctica cultural de origen medieval que ha mantenido la continuidad y pervivencia a lo largo del tiempo, con períodos de mayor o menor uso, con cambios en su significado, en su forma y dimensiones, y que en la sociedad actual mantiene su vigencia en rituales festivos y de participación social.
En la actualidad, el uso de los pendones está asociado a múltiples festividades que se celebran a lo largo de los diversos ciclos temporales del año en las que tiene una presencia notable y constante, destacando las concentraciones en las que participan varias localidades y en las que se ejecutan rituales competitivos, bailes, saludos, o se procesiona encabezando a los grupos sociales, pueblos o concejos simbolizados.