Desde que comenzaron a publicarse de forma permanente en noviembre de 2019, con motivo de la conmemoración del Bicentenario, los directos del Museo del Prado en Instagram alcanzan hoy la cifra histórica de 1.000 emisiones. Con más de 87 millones de visualizaciones acumuladas y cerca de 7 millones de ‘me gusta’, los directos se han consolidado para acercar el arte al gran público desde una perspectiva abierta, accesible e interdisciplinar.
Museo Nacional del Prado, 3 de junio de 2025. El recorrido de los directos en Instagram del Museo del Prado refleja una transformación en la forma de comunicar el patrimonio cultural. Lo que comenzó tímidamente en agosto de 2017 como un experimento silencioso en el que se mostraban las obras del museo antes de abrir por las mañanas, se convirtió en un contenido permanente y constante, siempre de 9:50 a 10 de la mañana y de lunes a viernes, gracias a las peticiones de los seguidores, que demandaban poder volver a ver los vídeos una vez había terminado la emisión.
El punto de inflexión fue la celebración del Bicentenario del Museo del Prado con la publicación del directo protagonizado por el Director del Museo, Miguel Falomir, el 19 de noviembre de 2019. Desde aquel momento empezaron a intervenir de manera regular especialistas de distintas áreas del museo: conservadores, restauradoras, personal del Registro de obras de arte, Educación, Prado Extendido, Exposiciones temporales, el Gabinete de Dibujos, Estampas y Fotografías, Biblioteca y Archivo o el Centro de Estudios, con presencia también de personas becadas en el Museo del Prado y estudiantes en prácticas.
A lo largo de estos años, los directos han sumado un total de 87.274.730 visualizaciones y 6.808.841 ‘me gusta’, cifras que reflejan no solo el interés por el contenido, sino también la fidelidad de una audiencia diversa. Solo en 2024 se alcanzaron más de 27 millones de visualizaciones anuales, lo que supone el mayor registro en un solo año. Además, se ha contado con más de 150 invitados, confirmando el dinamismo del formato.
La participación de los seguidores ha sido crucial. Durante la primavera de 2020, en plena pandemia de COVID-19, el Prado continuó sus emisiones incluso mientras estaba cerrado, gracias a la iniciativa #PradoContigo. A través de Instagram, se invitó a los seguidores confinados a entrar desde sus casas a los directos y, en pantalla partida, elegir aquellas obras que les gustaría ver si pudieran visitar el museo.
Uno de los valores más celebrados de esta iniciativa ha sido la pluralidad de voces que ha sabido integrar. Desde científicos como Juan Luis Arsuaga o Montserrat Villar, a artistas como José Manuel Ballester y María Gimeno, pasando por diseñadores como Lorenzo Caprile y Moisés Nieto, y periodistas como Paloma del Río o Nerea Pérez de las Heras. También han participado representantes del sector social, sindical y empresarial. Asimismo, se han sumado divulgadores, músicos, actores y deportistas. Todos ellos han contribuido a establecer un diálogo transversal entre el arte del Prado y múltiples disciplinas del pensamiento y la cultura contemporánea.
Esta apuesta por la diversidad ha permitido tender puentes con nuevos públicos, posicionando al Prado como un museo en constante conversación con la sociedad. La colaboración con 180 instituciones nacionales e internacionales -entre ellas: el Museo Nacional de Arte de Ucrania, el Kunsthistorisches Museum de Viena, Patrimonio Nacional o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía-, así como la inclusión de formatos complementarios como los reels, han ampliado el alcance y la interacción de la audiencia digital. Ana Belén, el pianista Lang Lang, Residente, Tim Burton, el actor Brian Cox o el director de orquesta Gustavo Dudamel han sumado su voz a esta comunidad, contribuyendo a difundir las colecciones del Museo como fuente de inspiración clave en el proceso creador.
La media de visionados ha pasado de 20.000 en los primeros vídeos publicados en el feed a unas 120.000 reproducciones por vídeo actualmente.
Con estas 1.000 emisiones, el Museo del Prado celebra no solo una cifra redonda, sino también un modelo de comunicación basado en el diálogo y la participación.