El acto concluyó, un año más como marca la tradición, con el acto de tres Cabezadas a modo de despedida y el regreso de la Corporación Municipal al Ayuntamiento de la plaza San Marcelo.

Fotografía: Martínezld
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Cada domingo de abril más próximo a la festividad de San Isidoro -26 de abril- tiene lugar en la Ciudad de León, una entrañable ceremonia denominada «Las Cabezadas» que lleva realizándose desde hace mas de ocho siglos. El nombre que recibe este ceremonial es motivado por las exageradas inclinaciones de canónigos y munícipes en su despedida.

Fotografía: Martínezld

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A las 11:45 horas salía desde el Ayuntamiento de León la Corporación Municipal encabezada por su alcalde, José Antonio Diez, bajo mazas y en forma de Ciudad con guardia de gala hacia la Real Colegiata de San Isidoro.

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La comitiva ha llegado puntualmente a las 12:00 horas de la mañana a las puertas de la Real Basílica de San Isidoro en donde ha sido recibida por el Cabildo Isidoriano.
Tras los saludos protocolarios pasaron al Claustro de San Isidoro, lugar en dónde tendría lugar la tradicional ceremonia del foro u oferta que desde 1158 se vienen debatiendo sobre si la entrega de un cirio de arroba bien cumplida y de dos hachas de cera es foro u oferta como agradecimiento al milagro efectuado aquel año por San Isidoro y que provocó abundantes lluvias que acabaron con una pertinaz sequía que asolaba los campos leoneses.

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El síndico municipal que ha defendido la postura municipal ha sido en esta ocasión el concejal de Hacienda, Carmelo Alonso, y por parte del Cabildo de San Isidoro ha sido el canónigo Juan Jesús Fernández Corral.

Fotografía: Martínezld

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Los representantes se han colocado uno frente al otro, y el síndico municipal inició la ronda de intervenciones (tres por cada parte), defendiendo su postura. Y teniendo como testigos a los miembros de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro o Pendón de Baeza con sus inmaculados hábitos beige, Ayuntamientos de Voto, autoridades militares, al Cabildo Isidoriano y por supuesto a la Corporación Municipal de León.

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En primer lugar, el síndico del Ayuntamiento Carmelo Alonso argumentó que la celebración es una tradición que honran como una «ofrenda» voluntaria, sin obligación alguna. En respuesta, el el canónigo Juan Jesús Fernández Corral afirmó que no es una ofrenda, sino un «foro», una obligación establecida por el milagro ocurrido en el pasado. Aprovecho Fernández Corral para quejarse que en la colocación protocolaria a los munícipes siempre les toca en la sombra.
Tras este primer envite vino el segundo turno de intervenciones, este año muy académicas y con poca improvisación a pesar de que al canónigo se le cayo al suelo la chuleta que llevaba para rebatir los argumentos del Ayuntamiento.

La chuleta. Fotografía: Martínezld

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Este año han sido unas cabezadas un tanto sosas con poco ingenio e improvisación. La tercera intervención finalizó con el intercambio de presentes: un reloj de arena por parte del síndico al canónigo y una conrobla del canónigo al síndico. En esta tercera intervención hubo un recuerdo a los cinco mineros leoneses fallecidos recientemente en Asturias por parte del canónigo isidoriano.
Tras las intervenciones y al no haber acuerdo, un año más, la discusión quedó aplazada para el próximo año procediendo el Ayuntamiento de León a entregar la ofrenda de un cirio de una arroba y dos hachas de cera al Cabildo de San Isidoro, anotando el escribano del Ayuntamiento de León que habían sido entregadas como ofrenda mientras que el escribano del Cabildo anotaba que eran entregadas como Foro.
Tras la ceremonia Cabildo y Corporación Municipal han entrado juntos a la Real Basílica de San Isidoro para participar en la eucaristía.
Tras la misa ha sido el momento en el que el Cabildo y representantes municipales se han despedido en la plaza de San Isidoro con las tres exageradas reverencias y entonces, León ha cumplido, 862 años después con Las Cabezadas.

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