La capital ecuatoriana estrena imagen con el fin de proyectarse como un destino turístico y cultural de referencia, resaltando su identidad y legado histórico milenario.
Con una celebración multitudinaria cargada de cultura, tecnología y emoción, la capital ecuatoriana ha presentado oficialmente su nueva Marca Ciudad. Este distintivo visual y simbólico busca posicionar a Quito como un destino turístico, cultural y económico competitivo en el ámbito internacional, reforzando su identidad histórica y su atractivo contemporáneo.
Bajo el lema no oficial de ser “la ciudad más linda del mundo”, Quito presentó su nueva identidad en una noche festiva que combinó tradición y vanguardia: espectáculos de luces, drones, teatro en vivo, hologramas y mapping envolvente marcaron la jornada, que reunió a miles de quiteños y visitantes.
El símbolo de la marca evoca elementos profundamente enraizados en la historia andina. Inspirado en los petroglifos de Tulipe —vestigios arqueológicos del pueblo Yumbo—, el ícono representa el conocimiento ancestral, el dios sol y el movimiento, elementos esenciales para entender la cosmovisión de esta ciudad ubicada en la mitad del mundo.
Durante el acto, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, destacó el fuerte componente participativo del proceso: “La creación de esta imagen fue un esfuerzo colectivo; no contratamos a ninguna empresa. Miles de niños, jóvenes y ciudadanos aportaron sus ideas. Los dibujos que compartieron nos mostraron con claridad que el sol y las montañas son el corazón de Quito”.
El evento también sirvió para recordar uno de los logros recientes de la ciudad: el récord Guinness alcanzado durante el Bicentenario, cuando más de 7.000 personas dibujaron a Quito dentro de un gran corazón.
La nueva Marca Ciudad responde a una estrategia alineada con buenas prácticas internacionales, que recomiendan actualizar la imagen urbana cada 3 a 4 años para mantener relevancia en un mercado global cada vez más competitivo. Además de reforzar el sentido de pertenencia local, la imagen busca proyectar al exterior una visión moderna, sostenible y culturalmente rica de la capital ecuatoriana.
Con esta apuesta, Quito redobla su invitación al viajero europeo: una ciudad viva, donde las montañas abrazan la historia, el sol se alinea verticalmente al mediodía, y la cultura florece en cada rincón.





