Versión clásica

San Froilán, un patrono compartido… y algunos más. (I)

Estamos ante un personaje nacido en Lugo, en el año 833, en el seno de una familia noble. Optó por una vida de eremita en la Tebaida leonesa (zona de El Bierzo).

San Froilán

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Contrariamente a nuestra costumbre, esta entrega se dedica a uno de nuestros patronos… y no a un hecho concreto de nuestra historia. Y ello por la cercanía con la fecha de la fiesta que glosamos.

Puede que seamos pobres en algunos aspectos, pero no en el de los patronos protectores. Comencemos entonces por desfacer ese entuerto que confunde a muchos leoneses en orden a la adscripción de cada uno de ellos.

virgen del camino

Virgen del Camino, “patrona principal de la Región Leonesa”

Por respeto y cariño del pueblo leonés (luego acotaremos el término), comenzamos citando a la Virgen del Camino, “patrona principal de la Región Leonesa”, título que le fue otorgado por el papa san Pío X, en 1914, y que vino a reemplazar el anterior (“Patrona del Reino de León”) con el que se la veneraba desde 1738 y que había sido confirmado por una Real Cédula en 1778.

Además de estas distinciones citaremos otras de importancia no menor. Es Regidora Perpetua de la ciudad de León, desde 1938 (obsérvese la fecha, bastante significativa); Regidora permanente del Ayuntamiento de Valverde de la Virgen, desde junio de 2005 y Patrona de las carreteras desde hace muchos años ya, sin que hayamos podido precisar la fecha exacta.

Además de estos atributos que la adornan, conviene traer también a la memoria el momento de su coronación canónica; el hecho se produjo el día 19 de octubre de 1930, aunque la autorización había sido emitida por el papa Benedicto XV ya en 1917, de cuya fecha es el himno que casi todos los leoneses conocen (Oh Virgen del Camino, reina y madre el pueblo leonés…).

Insistamos, pues; tradicionalmente la Virgen del Camino está considerada Patrona del Reino de León, lo que implica la costumbre de muchos asturianos y gallegos de acudir al Santuario (hoy Basílica), en la gran romería de san Froilán y eso es lo que debería potenciarse y no minimizar su patronazgo; muchos periodistas, hacedores de opinión, políticos ignorantes y gentes de la más diversa condición (pero que no tienen por qué estar en el conocimiento real de las atribuciones), repiten, cada vez con más reiteración y convencimiento que la Virgen del Camino es “Patrona de León”. Uno tiene, a veces, la tentación de preguntarles si es entre los ríos Torío y Bernesga o es de un poco más allá.

Hemos oído siempre que lo que no se nombra no existe, así que insistamos en un hecho cierto: la Virgen del Camino es “Patrona Principal y Coronada de la Región Leonesa”, lo que implica que su patronazgo va mucho más lejos de lo que algunos afirman… e incluso reiteradamente niegan.

Vayamos con el santo más cercano a esta Patrona nuestra: san Froilán, al que hemos calificado de “patrono compartido”.

lugo san froilan

Ayuntamiento de Lugo. Fiestas de San Froilán

Estamos ante un personaje nacido en Lugo, en el año 833, en el seno de una familia noble. Al parecer, a los 18 años, dejó sus estudios para comenzar una formación que le llevaría al sacerdocio, mas, la influencia de los martirios que se estaban produciendo en Córdoba, por parte de los musulmanes, le supuso una crisis religiosa y optó por una vida de eremita en la Tebaida leonesa (zona de El Bierzo).

Sin embargo, en su reflexión posterior, decidió que sería mucho más útil dedicar su vida a difundir la palabra de Dios antes que permanecer encerrado en un eremitorio, por lo que, a partir de ese momento Froilán se dedicó a la predicación, intentando una reforma de las costumbres, incluso las de algunos monjes que se habían apartado demasiado de las enseñanzas del evangelio. En esa labor, fundando algunos monasterios y reformando otros, conoce a san Atilano, un sacerdote mozárabe, procedente de Tarazona, que comparte en mucho sus ideas, por lo que suman sus esfuerzos en un objetivo común.

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León celebra San Froilán. Fotografía: Martínezld

De esa época, ya se cuenta la leyenda del lobo que, habiendo devorado a su asno, es condenado a caminar al lado de Froilán, llevando las pertenencias del mismo que, de otro modo, hubiera llevado el borrico.

Mas la fama de Froilán es tal que tiene que retirarse a la zona de las montañas del alto Curueño, donde, a pesar de la dificultad del acceso, sigue recibiendo muchas visitas incluso de gentes de la nobleza. Así, la popularidad de este “hombre santo” es conocida por el rey Alfonso III, el Magno, que se encuentra en pleno traslado de parte de su corte al antiguo solar de la Legio VII, lo que se completará con la llegada al trono de su hijo García I.

Ante la evidencia de su notoriedad, Froilán es llamado para hacerse cargo de uno de los aspectos que debe acometer todo pueblo o colectivo que busca su fortuna en la ampliación de sus territorios. Esa es la política que será prioritaria en el futuro, tanto para los hijos de este Alfonso, como para los hijos de Ordoño II y aun posteriores: la repoblación. Y una de las fórmulas más exitosas era, sin duda, la fundación de monasterios que vendrán a florecer a las orillas de los grandes ríos leoneses, Porma y Esla.

Monasterio de Santa María de Moreruela.

Ruinas del Monasterio de Moreruela. Fotografía: Martínezld

Así surgen, de la mano de Froilán y Atilano, entre otros, dos importantísimos monasterios: San Salvador de Tábara que, según las noticias, llegó a contar con unos 600 monjes y el Monasterio de Santa María de Moreruela, el cual, de acuerdo con el Codex biblicus legionensis, se fundó con 200 hermanos.

No nos resistimos a recordar que, del monasterio de Tábara, se conserva un libro único, hoy denominado Beato de Gerona, por encontrarse en esta catedral, y que fue ilustrado, entre otros discípulos del gran Maius, por Emeterio y la única mujer pintora de la época cuyo nombre conocemos, En o Ende, monja que fuera de aquel famoso monasterio dúplice. El beato de Gerona o de Tábara se concluyó en el año 975.

En el año 900, después de un solo año de episcopado, muere el obispo de la diócesis de León, Vicente, y el pueblo pide que sea elevado a la categoría episcopal, el santo Froilán; contaba entonces con 68 años.

El acto tuvo lugar el día de Pentecostés (19 de mayo) y, curiosamente, ese mismo día, su amigo Atilano era consagrado obispo de la diócesis de Zamora.

catedral de León

Arca con los restos de San Froilán en el Altar Mayor de la Catedral de León. Fotografía: Martínezld

Cinco años más tarde, Froilán fallece y es enterrado, en medio de una gran manifestación de duelo popular, con la presencia de los reyes, en el panteón que tenía preparado para sí el propio Alfonso III, en la iglesia de Santa María, origen de la catedral.

Su importancia en la consolidación del Reino y la huella de su santidad hicieron que, de inmediato, fuera declarado su patronazgo sobre la diócesis de León y la ciudad de León… lugar del que sería “desalojado” posteriormente por san Marcelo

Hemos de señalar también que debido a los orígenes del santo, Lugo y León comparten el patrocinio de san Froilán. En el caso de Lugo, es patrono de la ciudad y de la provincia, en tanto que, para el caso de León, en la actualidad, lo es solo de la diócesis, aunque cuenta con parroquias a él dedicadas, tanto el León como en Lugo.

antifonario Catedral de León

Antifonario Catedral de León. Fotografía: Martínezld

Salvo algunos aspectos puramente hagiográficos, propios de los tiempos, la mayor parte de lo que se afirma sobre san Froilán es verdadero puesto que existe una breve biografía que ha sido atribuida a un personaje denominado el diácono Juan que debió escribirla muy poco tiempo después de la muerte del santo. De hecho, se conserva una copia del año 920, es decir, apenas 15 años del óbito de nuestro patrono.

Y, para terminar, una nota de interés particular: en los folios 128v y 149r del Antifonario Mozárabe del Monasterio de san Cipriano del Condado (“San Cipriano en Porma”), aparece, en el margen, el nombre de Froilán. Deducimos, por ello, que el famoso Antifonario ya estaba en poder de la catedral legionense en la época de referencia y, por lo tanto, es imposible que fuera copiado, como algunos afirman, por el abad Totmundo, en el año 1069, o que fuera donado por el abad Ikila en el año 917. Las fechas, tanto de la copia como de la donación deben ser, por lo tanto, anteriores al año 905.

Textos: Hermenegildo López González

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