Aranda de Duero, capital del lechazo asado

Este mes de Junio la localidad burgalesa de Aranda de Duero, en el corazón de la vieja Castilla, organiza sus tradicionales jornadas gastronómicas del lechazo asado, que este año celebra su XVIII edición. Pocos lugares pueden presumir de elevar al grado de arte la elaboración del lechazo asado. No en vano Aranda de Duero ostenta la merecida denominación de capital del lechazo asado.

Fotografía: Martínezld

Encendido del fogón Asador de Aranda. Fotografía: Martínezld

Pero también, no olvides, que al estar en plena Ribera de Duero (cuyos caldos son los idóneos para maridar con el lechazo), convierten estas jornadas en una deliciosa e inolvidable experiencia cuasi mágica.

Sobre las 10 de la mañana los maestros asadores de Aranda encienden sus fogones con el mimo que requiere un trabajo bien hecho. “Cada maestro asador atesora un rico bagaje culinario que le confiere un halo de identidad propia, haciendo de cada establecimiento una nueva experiencia”, pregonan en su web “lechazo.es”.

Encendido del fogón Asador el Ciprés. Fotografía: Martínezld

Y ese ritual de encendido de los hornos lo hacen los nueve asadores que participan en estas XVIII jornadas de lechazo organizadas por el Ayuntamiento de Aranda de Duero y la Asociación de Hosteleros de Aranda de Duero y Ribesa (ASOHAR), con la colaboración del Consejo Regulador de la D.O. Ribera de Duero, la Lechuga de Medina y la Ruta del Vino de Ribera de Duero: El 51 del Sol, Mesón de la Villa, Restaurante Aitana, Asador de Aranda – Mesón El Roble, Mesón El Pastor, Restaurante Asador Montermoso, Asador El Ciprés, Asador Casa Florencio y Restaurante Asador el Largar de Isilla.

Un poco de historia

Fotografía: Martínezld

Estamos en Arada de Duero la mayor de las poblaciones de la Ribera del Duero en la provincia de Burgos. Aranda “vega amplia”. Lugar de realengo, puesto que el siglo XIII la villa había obtenido de Sancho IV y Pedro I el privilegio de su condición de realenga, condición a la que nunca quisieron renunciar los arandinos. Históricamente es conocida por haberse celebrado en 1473 el Concilio de Aranda, con presencia de la todavía princesa Isabel I de Castilla y también por el plano de Aranda, realizado en 1503, siendo el mapa urbano más antiguo de España y el documento cartográfico más antiguo del Archivo General de Simancas

Fotografía: Martínezld

De su época de mayor esplendor histórico y artístico está la iglesia de Santa María, levantada en el siglo XII como elemento defensivo de Aranda la cual posee una portada gótica isabelina construida por Simón de Colonia, o la iglesia gótica de San Juan, hoy convertida en museo sacro, y que son dos visitas imprescindibles. Y algo que me quedó claro es que Aranda no se ve o se disfruta en una mañana, ya que Aranda es en sí misma toda una experiencia sensorial.

Fotografía: Martínezld

Tras las visitas obligadas a Santa María y San Juan toca reponer fuerzas en torno a un buen vaso de vino, no en vano estamos en el corazón de la Ribera del Duero. Nuestro Padre “Duero”, el segundo río más largo de España y el eje que vertebra este territorio (Duero-Dueru-Douro, 3 nombres para un solo río). Es además una buena tierra de buenos vinos para acompañar a su afamado lechazo.

Por eso las Edades del Hombre celebradas en el 2014 en esta Ciudad con el título de “Eucharistia” giraron en torno al cordero pascual y el vino, como no podía ser de otra forma.

Ver y disfrutar de la Ciudad

Fotografía: Martínezld

Cada día, con salida de la oficina de turismo, se realiza una visita teatralizada de una hora de duración que transcurre por el casco histórico de Aranda y la bodega de Las Caballerizas en la que tres actores recrean pasajes históricos de la vida de Aranda en “la vasija más antigua del mundo”de la mano de Isabel la Católica y Napoleón Bonaparte, pero con citas y alusiones a esas otras personalidades que pasaron o tuvieron vinculación con la Ciudad, como el Empecinado, Pío Baroja, Hemingway, Raphael o Alberti…

Fotografía: Martínezld

El argumento del espectáculo gira en torno a la aparición en Aranda de la vasija de barro más antigua del mundo que contuvo vino. Hallazgo que permitirá la apertura de las puertas del tiempo para que grandes personajes de la historia que mantuvieron relación con la villa, disfruten con nosotros del descubrimiento

En esta representación los actores interactúan con el público con el fin de que la visita sea amena y didáctica huyendo de los viejos estereotipos de los guías locales armados con el tradicional paraguas. Esta representación está dirigida, especialmente tanto a turistas como a aquellas personas que quieran conocer algo de la historia de Aranda de un modo divertido e informal, y de paso conocer el patrimonio bodeguero de la localidad.

Fotografía: Martínezld

Y por supuesto no has de irte de Aranda sin visitar una bodega subterránea histórica de las muchas que recorren el subsuelo de Aranda, en las que se elaboraba y almacenaba el vino durante la Edad Media, degustando un vino de la Ribera del Duero. Para ello puedes acercarte a Ribiértete.

Ribértete está ubicado en pleno centro de Aranda de Duero, junto a la Iglesia de Sta. María. Aquí se encuentra una bodega subterránea del S.XIII., en donde el visitante logra asomarse a los entresijos de la larga y compleja elaboración del vino. Con un atractivo planteamiento expositivo, recorre la historia, los procedimientos, las herramientas, los útiles de medida, las botellas o la cata.

Fotografía: Martínezld

Este singular espacio museístico promueve el conocimiento del mundo del vino, en concreto, de los vinos Ribera del Duero. El enoturismo tiene la virtud de vertebrar todos los recursos: paisaje y naturaleza, patrimonio artístico, artesanía, ocio y deporte, fiestas y tradiciones, y, por supuesto, gastronomía.

Pero tras la teoría llegan “las prácticas”y que mejor práctica que perderte yendo de vinos por Aranda. Recuerda que estás en tierra el vino. Estás en plena Ribera del Duero. Ir de vinos por Aranda es una ceremonia, un ritual, explorando vinos, sensaciones, darte uno de esos pequeños homenajes que de vez en cuando el cuerpo te pide. Para los que amamos el vino estar en Aranda es simplemente la antesala del paraíso. A estas horas ya un agradable aroma a lechazo recién asado inunda el ambiente de los mesones y restaurantes arandinos. Nuestras papilas gustativas van preparándose para el festín que se barrunta.