Hace un siglo, cuando docenas de miles de espectadores contemplaron ansiosos la botadura del Titanic, su admiración no se centraba sólo en el objeto móvil más grande que el hombre hubiera construido jamás, sino también en el barco más lujoso que nunca había existido.
El Titanic simbolizó una increíble innovación, habilidad técnica y espíritu emprendedor de los astilleros Harland & Wolff, los más grandes del mundo, pero cimentó la reputación de la ciudad de Belfast como una de las ciudades industriales más importantes del mundo. El Titanic se convirtió en un fenómeno global. Cuando el trasatlántico se hundió tras colisionar con un iceberg, tan sólo cuatro días tras su último amarre en Queenstown (la actual Cobh), condado de Cork, todos los periódicos del mundo se hicieron eco de la noticia.
Pero la pérdida fue mayor en Belfast donde el malogrado trasatlántico se había diseñado, construido y botado. Todavía hoy se palpa el orgullo por el Titanic y otros grandes trasatlánticos que emergieron de los astilleros de la ciudad.
Mientras que los museos, sociedades y muestras sobre el Titanic por todo el mundo son testimonio de la fascinación por el barco, solamente podrás experimentar la magia de verdad en la ciudad en la que se construyó.
Quizás los visitantes quieren escuchar las historias del impresionante pasado industrial de la ciudad de Belfast, o quizás les interesen más las historias recientes, pero seguro 
que siempre habrá gentes locales dispuestas a contárselas. Y nadie como Belfast para mostrar los elementos más auténticos de la historia del Titanic. Todavía sigue en pie el edificio principal de los astilleros Harland & Wolff, donde se encuentran los planos del diseño del Titanic; las gradas donde se construyeron, y los diques secos desde donde se botaron al mar. El Nomadic, que regresó a Belfast en el 2006 para ser reparado, es una mini versión del Titanic, con el que tiene muchos elementos en común. Llevó a pasajeros de primera y segunda clase hasta el Titanic desde el puerto francés de Cherbourg.
Belfast también ofrece al turista infinidad de historias sobre los hombres que lo diseñaron; héroes nunca mencionados, 
como los del Grupo de Garantía de Harland & Wolff, a las órdenes del arquitecto naval, Thomas Andrews Junior.
El nuevo centro interactivo del Titanic Belfast nos cuenta una historia titánica, desde cómo se convirtió en el lugar donde se construyó el objeto móvil más grande del mundo, al legado que la nave dejó y el efecto sobre sus extraordinarios trabajadores y sus familias. El viaje histórico que el visitante puede hacer le lleva a la ciudad eduardiana de Belfast y permite visitar la pequeña ciudad que de alguna forma componían los astilleros Harland & Wolff.
Ahora las compuertas del Titanic están abiertas. Los ciudadanos del siglo XXI se enorgullecen de lo que se consiguió en 1912. Belfast siente su fuerte conexión con el Titanic, pues es aquí donde el barco pasó 3 años de su vida antes de hacerse a la mar por tan sólo 2 semanas.
Belfast se ha transformado en un centro urbano dinámico y moderno, y también los astilleros van a convertirse en una zona de ocio con espacio para tiendas, turismo, industria e innovaciones científicas. Aquí es donde la historia del Titanic comenzó a principios del siglo XX, y es aquí donde la historia continúa hoy.
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Redacción y fotografías: Turismo de Irlanda.
