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Este mes te invitamos a visitar: Mansilla de las Mulas (León)

Mansilla de las Mulas se encuentra situada a 17 Km. de la ciudad de León y a orillas del  río Esla, presenta atractivos más que suficientes para hacer una parada y recorrerla.

bandera de mansilla de las mulasMansilla de las Mulas es una antigua villa amurallada con trazado medieval que sirve de unión entre el Real Camino Francés y la Vía Trajana en el camino hacia Santiago de Compostela. En el pasado Mansilla de las Mulas tuvo diversos nombres, desde su origen como “SubLancia” derivativo del nombre que originariamente debió dársele por repoblarse un pequeño y desahuciado campamento romano por las gentes “ástures” que habitaron la principal de las ciudades de éste pueblo llamada “Lancia”. Otros de los nombres fueron:

Mansiella del Ponte, en Lengua leonesa, apellido dado a Mansilla por tener el único puente que unía las dos orillas del gran río leonés. Mansiella del Estola, en Lengua leonesa, apellido dado a Mansilla en uno de los cambios de nombre que sufrió el río Esla. Mansilla del Camino, apellido dado a Mansilla, ya que es una de las principales paradas del Camino de Santiago. Mansilla de las Mulas, éste último apellido viene por las importantes ferias de ganado equino, caballos, yeguas, burros y mulas, que aquí se daban.

En la encrucijada de muchos caminos, ofrece al apresurado turista, ávido quizá de extasiarse ante las obras de arte del gótico o el románico de la Catedral o San Isidoro de León, el curioso contraste del paisaje mesetario con la innegable belleza de las inmediaciones del río -álamos, chopos, balsas, paleras- en impresionante panorámica desde el viejo puente que fue romano o desde el nuevo pasarela hacia la Fuente de los Prados y aún habría la posibilidad de subir ¡mejor temprano! al puente elevado, en la variante de la carretera de reciente construcción y divisar desde allí el esplendor del río desparramado en la llanura, las murallas, el postigo y la barbacana, los cubos almenados y las torres de Santa María y de San Martín.

Se puede bajar después por el puente viejo en sentido inverso al recorrido que hacían los peregrinos del Camino de Santiago, que entraban por la Calzada y salían por el puente Romano hacia León y seguir, dejando a la izquierda la plaza de San Nicolás, por la Ronda del Río que recorre la muralla por la parte interior de la villa, hasta la plaza de la Pícara Justina, perderse en las antiguas callejas de la judería o salir, por el Convento de San Agustín hacia la puerta Oeste de la muralla, llegarse hasta los cubos almenados o al Molino de los Curas, que conserva el antiquísimo palomar y regresar por la calle de los Olleros hasta la Plaza del Pozo con antiguos soportales con postes de madera, como en la Plaza del Grano o en la de La Leña aquí, los más antiguos, con casas de barro.

Desde la Plaza del Pozo, siguiendo la calle de la Concepción se llega a la puerta (o Arco de la Concepción) mejor conservada de la antigua muralla. Seguramente el viajero admirará aquí una de las perspectivas más atractivas de Mansilla, aunque tiene otras muchas, como la recoleta plaza de Santa Eugenia con la Iglesia de San Martín de gran interés artístico y la esbelta torre con el nido de la cigüeña, o el callejón del Postigo con salida al río.

A la vuelta, otra vez por el Callejón, el contraste de la luz saliendo hacia la plaza de humildes soportales de postes de madera, quedará inevitablemente plasmado en inolvidable fotografía si se tiene una cámara a mano. Ya desde allí si hay suerte y es día de feria o de mercado, se verá el típico movimiento del comercio y el trasiego de los feriantes de plaza a plaza por las calles estrechas que estuvieran empedradas. se puede abandonar Mansilla en cualquier dirección, bien por la plaza del Pozo o por la de San Nicolás; Si es hacia el Sur, seguro que el viajero, o el turista, se detendrán un momento en la ermita de la Virgen de Gracia, patrona y protectora secular de los mansilleses.

Si se tiene fortuna y es época apropiada, también hay posibilidad de gustar el típico bacalao al ajo arriero o los callos en cualquiera de los afamados restaurantes y casas de comida de la villa.

mansilla de las mulas rio eslaQue ver:

El puente sobre el río Esla 

Está formado por ocho bóvedas de cañón y tiene una longitud de 141 metros. Se trata de una obra medieval que data del siglo XII y que fue rehecha en 1573. Presenta varias fábricas correspondientes a ocho siglos de construcciones y reparaciones.  Constituye paso obligado para el peregrino que abandona Mansilla, camino a León.

Las Murallas 

Las murallas de Mansilla datan probablemente de antes del año de la repoblación, es decir de 1181. El castillo existía desde mucho tiempo antes. Mientras el rey repoblador, Fernando II, para mayor seguridad de los concejos, mandaba derribar o dificultaba la construcción de castillos, torres o fortalezas a los nobles, fortificaba villas y ciudades del Reino de León. Está documentada su acción en las murallas de Mansilla.

Las murallas de Mansilla tuvieron un mayor porte que el de simples cercas. Estaban apoyadas en el Esla que las flanquea por el noroeste, y se abren en su mitad para dar paso al puente que así queda protegido y enmarcado por la puerta de la muralla. La muralla es alta y gruesa (algunos tramos tienen más de 14 metros de altura y hasta tres metros de espesor), coronada con almenas sin saeteras. Está construida con canto rodado y cal. Había cuatro puertas de las que se conserva completa la del arco de Santa María o de la Concepción.

Mansilla de las MulasLos Cubos 

Los Cubos son seis torres albarranas semicirculares adosadas a la muralla para su defensa, distantes unos 40 metros unas de otras, semicilíndricas, construidas con canto rodado, de unos 9 metros de anchura y que se comunicaban con un antemuro ya desaparecido. Posteriormente se macizaron interiormente y se enlazaron al muro, hecho que altera su concepción original. Existe en el ángulo occidental una torre de traza prismática cuadrangular. En su interior se encuentra una escalera que da acceso al andén o ronda superior. Los mejor conservados se sitúan en la parte meridional de la muralla.

La Puerta del Castillo 

Es la puerta situada al sureste. Es la entrada del Camino Francés. Aquí está ubicado el monumento al peregrino, por ser nudo de caminos debido a que en Mansilla es uno de los puntos donde confluyen el Camino Francés y la Calzada Romana. Permanecen las paredes laterales habiendo desaparecido la arcada entre ambas, construida con el mismo material que el muro, con cal y canto, teniendo la forma de un largo pasadizo hacia el exterior.

Masilla de las MulasEs la puerta con un mayor resalte hacia el exterior de la muralla, con 17 m., lo cual es prueba de que era la puerta principal. La puerta tiene una anchura de 3,30 m. y el muro tiene una anchura de 3 m. En su proximidad estaba situada la torre o alcázar real. Entre la torre y la puerta había nueve almenas. Atendiendo a que el encargo de almenas a los pueblos del alfoz era siempre de tres o múltiplo de tres, podría haber entre nueve y doce almenas entre cubo y cubo. El castillo fue derribado por el Duque de Benavente en 1394 y posteriormente se construyó en su lugar la puerta de la que hoy sólo quedan restos de los muros laterales. En este castillo estuvo preso El Conde de Lara, Pedro González, marido de Doña Urraca, en los años 1110-1111

La Puerta de la Concepción 

Es la puerta de la muralla que en mejor estado se conserva. Su ubicación es nororiental. También es nombrada como de Santa María o de la Concepción. Es la entrada en el pueblo de la Calzada Romana. Está realizada en sillería, con arco apuntado, que se mantiene casi completo. Se perciben la ausencia de almenas y las casas pegadas. Esta puerta nos permite suponer que las puertas eran verdaderas torres, poderosas y macizas, que se proyectaban hacia el exterior.

Mansilla de las MulasEl Postigo 

El Postigo es una puerta trasera de reducido tamaño que da salida al río, desde donde se puede contemplar un maravilloso paisaje.

Convento de San Agustín  y Museo Etnográfico Provincial de León

La Diputación Provincial de León ha emprendido el proyecto de reubicación de la colección de etnografía de la provincia, de la que es titular, en el antiguo convento de S. Agustín de Mansilla de las Mulas sede del Museo Etnográfico Provincial de León. Pretende ser ésta una institución museográfica de ámbito provincial que quiere mostrar la riqueza de la cultura tradicional de la provincia de León y especialmente del Camino de Santiago. Para esta empresa ha contado con la cesión del solar del antiguo convento por parte del Ayuntamiento de Mansilla de las Muías, con la colección que custodia el Instituto Leonés de Cultura, que cuenta con más de 3.500 piezas de distinta tipología y con la participación financiera de Caja España.

El proyecto del nuevo edificio se debe al arquitecto Mariano Diez Sáenz de Miera y comprende una superficie construida de 4.490 mts. y una superficie útil total de 3.504 mts. El edificio se adapta a los restos arqueológicos del edificio preexistente y se articula en un espacio de planta de tendencia cuadrangular con patio central cerrado, planta baja y dos pisos, con un amplio sótano almacén y con un vestíbulo que da paso a la antigua iglesia y a la capilla funeraria de los señores de Villafañe.

Mansilla de las MulasEl convento

El antiguo Monasterio de S. Agustín parece datar del 1500. Su fundación se debe a los almirantes de Castilla, familia vinculada con los Trastámara y beneficiaría de los Reyes Católicos. La villa de Mansilla, de realengo desde la Carta Puebla de Fernando II, pasará a señorío en el S. XV. En 1430 este señorío se vinculó a la familia de los Enríquez, señores también de Medina de Rioseco y Peñafiel.

En 1439 el almirante Fadrique Enríquez parece ser el fundador del Convento de Agustinos, orden muy beneficiada por los Reyes Católicos que velaba por la pureza de la fe católica, De la organización espacial interna del viejo convento sólo disponemos de los restos arqueológicos que nos hablan de un patio central o claustro que conserva los suelos de las pandas bellamente decorados con enchinarrados y huesos de herbívoros; restos de la primitiva iglesia y, en pie todavía, la capilla de los Villafañe, donde parece que estuvo enterrado D. Fernando de Acuña, señor de Villafañe, entre otros lugares, caballero de la Orden de Santiago, camarero de D. Juan de Austria, capitán de los Tercios de Flandes, quien, en 1577, mandó enterrarse en la capilla que hoy lleva su nombre.

Sabemos que en 1788 el Convento llegó a albergar una Cátedra de Gramática y de Filosofía, Teología y Latín, financiadas por las cofradías mansillesas de S. Adrián y S. Blas, además de aglutinar varias capellanías y un archivo.

Del antiguo convento de S. Agustín sólo se conserva la fachada de la crujía principal, con cimentación de sillería y alzado de fábrica de tapia y también una puerta de arco conopial, los restos de los muros del interior y los solados de canto que han aparecido en una limpieza con control arqueológico.

La iglesia, hoy destruida, contenía la Capilla Funeraria de los Villafañe. Es una construcción de piedra de unos 50 metros cuadrados de superficie, de estilo Renacentista, atribuída al taller o los seguidores del círculo de Juan de Badajoz, el Joven. Contiene conchas veneras con la Cruz de Santiago en los plementos de la bóveda y también relieves de San Agustín, San Gregorio, San Ambrosio y San Jerónimo.

Tiene una bóveda estrellada y cornisas dóricas con tallas infantiles, escudos, conchas y la Cruz de Santiago, signos de su importancia también como centro de acogida y asistencia al peregrino. En el tapial del convento se conserva el arco de una puerta ciega con decoración de columnas itálicas y un friso con escudos de los Almirantes de Castilla sostenidos por águilas encadenadas.

La fachada principal es de tapial con portada del Renacimiento (primera mitad del s. XVI). Presenta una bella puerta principal de piedra local con arco de medio punto, conteniendo dos clípeos con calaveras en las enjutas y con restos de haber contenido columnas. En el interior del friso superior se han tallado medios relieves con dos pares de águilas con coronas en el cuello que sujetan escudos con los cuarteles de los Almirantes de Castilla, los Enríquez.

Constituyó un centro cultural de primer orden con Cátedras de Gramática y Latín, con un archivo y biblioteca muy importante.  Existen testimonios documentales de que el monasterio se arruinó durante la Guerra de Independencia, tras sufrir un incendio, atribuido a los franceses, en diciembre de 1808. Posteriormente se llevó a cabo una reconstrucción parcial del convento, desapareciendo en la Desamortización de Mendizábal de 1836. Se conserva la capilla de los Villafañe, plateresca de planta cuadrada de piedra de sillería, obra de Juan de Badajoz.

En este antiguo Convento de San Agustín se ha instalado el Museo Etnográfico Provincial de la Diputación de León, en el que se exhibirán las tres mil piezas que forman parte de los fondos del Instituto Leonés de Cultura.

Monasterio de SandovalLa Ruta de los Monasterios

Monasterio de Santa María de Sandoval

Próximo a la confluencia de los ríos Esla y Porma, nos encontramos con el monasterio cisterciense de Santa María de Sandoval. El monasterio se levantó sobre terrenos llamados Sotnoval (Saltus Novalis), que fueron donados en 1.142 por Alfonso VII a su servidor el conde Pedro Ponce de Minerva, quien en 1.167 otorgo los terrenos al abad Diego Martínez y otros doce monjes bernardos, procedentes del monasterio vallisoletano de la Espina. El monasterio aumento sus dominios con donaciones reales, como las realizadas por Doña Urraca, en cuyo honor se celebraría un aniversario cada 25 de junio.

La decadencia vino durante los siglos XIV y XV, lo que motivo su integración en 1.186 en la Congregación de Castilla, que promoviera Martín de Vargas para restaurar la observancia monástica. El edificio conceptual fue pasto de las llamas en dos ocasiones en los años 1.592 y 1.615, que hicieron necesaria su restauración. Estuvo habitado hasta el año 1.835 en que padeció las consecuencias de la Desamortización de Mendizábal, quedando totalmente abandonado. El conjunto se estructura en la manera del Cister, con un gran claustro central en uno de cuyos lados se ubica la iglesia, en el opuesto del refectorio, calefactorio y cocina. En el lado perpendicular a la cabecera de la iglesia, la sala capitular y la sala de trabajo de los monjes con los dormitorios en la planta superior. En el lado opuesto a éste, el edificio destinado a los conversos, que incluía bodega, refectorio y dormitorios y junto a la granja, con su patio y cobertizos.

Puede establecerse la fecha de su comienzo en la última década del siglo XII. El templo tiene planta de cruz latina, y se estructura en tres naves, crucero y tres ábsides semicirculares. Las naves de la iglesia se dividen en tres tramos delimitados por arcos ligeramente apuntados, que descansan en columnas adosadas a pilares cruciformes

San miguel de escaladaMonasterio de San Miguel de Escalada 

En la margen derecha del río Esla, sobre un terreno ondulado de monte bajo, se alza la iglesia del monasterio de San Miguel de Escalada, fundado a finales del siglo IX, durante el reinado de Alfonso III, por un grupo de monjes cristianos cordobeses, dirigidos por el abad Alfonso, que se asentaron sobre los restos de una iglesia visigótica consagrada al arcángel San Miguel, derruida probablemente en la invasión musulmana del siglo VIII.

Con el aumento de la comunidad se hizo preciso construir una nueva iglesia, labor realizada solo en doce meses, consagrándose por el obispo Genadio el 20 de noviembre del año 913, bajo el reinado de García. En 1.050 siendo abad Sabático se renovó la fundación, abriéndose la puerta por la que hoy se accede al templo, según reseña la tosca inscripción que corona el arco, indicando la fecha de fallecimiento del abad y su enterramiento a los pies de la puerta.

El 1155 el monasterio es cedido por el rey Alfonso VII y su hermano Sancho a una comunidad de agustinas dependiente de San Rufo de Avignon, repartiéndose los monjes de Escalada entre el cercano monasterio de Eslonza y el de Sahagún. Con la Desamortización, las últimas posesiones del monasterio fueron expropiadas, desapareciendo los edificios monásticos, efectuándose a finales del siglo XIX obras de restauración por el arquitecto Lázaro, a los que siguieron otras posteriores. En unas excavaciones realizadas en 1968 aparecieron en el subsuelo de la capilla románica los cimientos del ábside de la primitiva iglesia visigótica. Recientemente ha tenido lugar una restauración a cargo de arquitecto Ricardo Aroca Hernández-Ros.

Monasterio de Santa María de Grafedes

El monasterio de Santa María, se localiza en la margen derecha del río Esla. Fue fundado en 1168, y la construcción de su iglesia comenzó el 1 se marzo de 1177, según reza una inscripción en el muro norte, con el patrocinio de la que sería su abadesa, doña Teresa Pérez, viuda de García Pérez, caballero a las órdenes de Alfonso VII.

La primera comunidad la constituyeron monjas cistercienses provenientes del monasterio navarro de Tulebras, llegando a ser un importante y privilegiado cenobio femenino, teniendo potestad la abadesa de Gradefes para administrar justicia civil y recaudar tributos. A comienzos del siglo XVII la comunidad íntegra se trasladó a Medina de Ríoseco, quedando el centro en estado ruinoso hasta su regreso, bajo el abadiato de doña Isabel de Quiñones. Con la exclaustración de 1835 y el decreto republicano de 1868 que suprimía las órdenes religiosas, corrió peligro de abandono, superado en 1882 al incorporarse las religiosas de los monasterios cistercienses de Avilés y de Otero de las Dueñas, continuando tal uso hoy en día. Ha sido restaurado recientemente bajo la dirección de la arquitecta Susana Mora.

Iglesia de Villarmún

 El pueblo de Villarmún fue donado en el 913 por el rey García al monasterio de Eslonza para acoger peregrinos y posteriormente perteneció a Santa Olaja de Eslonza. Su iglesia del siglo XII marca un tránsito de! mozárabe al románico: una sola nave con capilla semicircular en el interior y cuadrada en el exterior, arco de herradura sobre dos columnas adosadas al muro, columnas rematadas en dos capiteles románicos, uno de temo vegetal y otro con tema de animales fantásticos: basilisco, grifo y ave. Fue declarada Monumento el 24 de Septiembre de 1982.

Ruinas Romanas de Lancia

La antigua ciudad de Lancia (ciudad de los Astures) se localiza en los terrenos altos entre los ríos Porma y Esla que hoy forman parte del municipio de Villasabariego y que se conocen como “El Pico del Castro”, ‘Valdealbura”, “Socesáreo”, “El Talancón”, etc. A la misma se puede acceder desde la carretera de Puente Villarente a Villasabariego, o por la carretera N-120, o N-601 entre Villamoros y Mansilla de las Mulas, jalonando el Camino de Santiago.

El yacimiento ha sido declarado como Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica desde 1994. A pesar de un conocimiento casi mitológico de la historiografía más antigua, es reconocido desde el siglo XIX y XX por arqueólogos e investigadores como Saavedra, Ricardo Velázquez Bosco, el Padre Fita, Gago Rabanal, J. Sanz Martínez, Antonio Blázquez, José María Luengo, Francisco Jordá Cerdá, Eladio Isla, Carmen García Merino y Manuel Abad, quienes contribuyeron de forma notable al progreso de las investigaciones. Sus publicaciones son las primeras de importancia para dar a conocer muchos datos acerca de las distintas épocas que se rastrean y para la valoración de este rico patrimonio arqueológico.

Desde 1996 hasta el 2001, gracias a la reapertura de las excavaciones por parte del Instituto Leonés de Cultura (Diputación de León), se ha producido un avance significativo en el conocimiento del poblado prerromano, en la ampliación del urbanismo romano y en la evolución que experimentó la civitas en sus siete siglos de historia.

Lancia entra en la historia gracias a las noticias que nos han proporcionado los historiadores y tratadistas romanos: Floro, Orosio, Dión Casio, Ptolomeo o Plinio, casi siempre vinculadas con la conquista del noroeste peninsular, en el conocido bellum asturum por las tropas de Octavio Augusto. Por medio del general Publio Carisio la ciudad fue tomada el 26-25 a. de C. Los epítetos que se la han dado como validisima urbs o “la ciudad más importante de los astures”, según Dión Casio, parecen refrendarse con los hallazgos arqueológicos de época prerromana, que, según hoy sabemos, alcanzaría una extensión aproximada de 30 hectáreas para este primer poblamiento estable. Este oppidum se conoce apenas por las enormes escombreras en torno al cerro y por algún resto del hábitat: construcciones en adobe y empalizadas, hogares, hornos, cubetas, cenizales, etc., que se han localizado por debajo de las construcciones termales de época romana. Pero también se han recogido, hace más de un siglo, restos materiales que pertenecen a este período, como las cerámicas celtibéricas, los huesos trabajados, monedas de tipo ibérico, fíbulas, cinturones y adornos de bronce y joyas de los tipos habituales en el centro de la Meseta. Hoy pensamos que los astures lancienses, por su cultura material, no se diferenciarían mucho de los Vacceos. A partir de su conquista, a juzgar por las fuentes clásicas, el poblado astur no se destruyó, sino que quedó incólume, como testimonio de la victoria de los romanos. A lo largo del s. I la ciudad se incorpora al Imperio Romano como una ciudad peregrina que pagaba tributo al erario público.

Para leer más: http://www.ayto-mansilla.org

Textos: Wikipedia y web Ayuntamiento de Mansilla

Fotografías: Luis-D. Martínez

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