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IES María de Molina (Zamora)

El I.E.S. María de Molina nació al amparo del Distrito Universitario de Salamanca en octubre de 1963 como único centro femenino de la provincia compartiendo el edificio con el Instituto Masculino Claudio Moyano, pero con personalidad jurídica independiente.

Fotografía: María de Molina

Fotografía: María de Molina

Tres años después se finalizó la construcción de un nuevo edificio, que recibió el nombre de Instituto Femenino de Enseñanza Media María de Molina, aunque su inauguración oficial no se produjo hasta el 15 de marzo de 1969. Pronto se convirtió en un centro de referencia imprescindible para la cultura y educación de una provincia huérfana de instituciones universitarias. El empuje demográfico y el afán de formación de las chicas de Zamora atrajeron tanto alumnado que enseguida se completó su capacidad.

En el curso 1985-86 consiguió su sueño de convertirse en centro mixto, como Instituto Nacional de Bachillerato, en consonancia con los criterios pedagógicos de coeducación imperantes en la época.

Con la implantación de la LOGSE, inicia su transformación en Instituto de Educación Secundaria en el curso 1996/97 con la llegada del segundo ciclo de Educación Secundaria Obligatoria y los Ciclos Formativos; se completó el centro con la incorporación del Primer Ciclo dela ESO en el curso 2003/04.

Actualmente imparte enseñanzas de Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional a más de mil alumnos en régimen Diurno, Nocturno y a Distancia, lo que le convierte en uno de los centros más singulares y completos de Castilla y León, puesto que está preparado para dar satisfacción a innumerables demandas educativas de nuestra sociedad.

El I.E.S María de Molina es de titularidad pública y está situado en la Avenida de Requejo de Zamora, en una zona de la capital que puede calificarse como céntrica. La circunstancia más relevante del entorno físico que rodea al instituto sería su proximidad a otros dos centros públicos de educación secundaria de similares características, con los que comparte determinados espacios exteriores.

Desde el punto de vista socio-económico en el Instituto se reflejan las características de la propia ciudad: su tamaño (el número de residentes ronda en la actualidad las 70.000 personas), su lento crecimiento y su actividad económica que se inclina fundamentalmente hacia el sector servicios. Los ciudadanos mantienen importantes relaciones con las localidades limítrofes, entre las que destacan Valladolid y Salamanca.

Quién era Maria de Molina

María Alfonso de Meneses (c. 1264-Valladolid, 1 de julio de 1321), conocida como María de Molina, señora de Molina, hija del infante Alfonso de Molina y de su tercera esposa, Mayor Alfonso de Meneses, fue reina consorte de Castilla entre los años 1284 y 1295 por su matrimonio con Sancho IV de Castilla.

Fotografía: Wikipedia

Fotografía: Wikipedia

Contrajo matrimonio en junio de 1282 en la Catedral de Toledo con su sobrino el infante Sancho, que posteriormente reinaría en Castilla con el nombre de Sancho IV de Castilla. Los comienzos del matrimonio con el infante Sancho fueron conflictivos, pues el matrimonio no contaba con la imprescindible dispensa pontificia, debido a un doble motivo, ya que por un lado existían lazos de consanguineidad en tercer grado entre los contrayentes, y además existían unos esponsales previos contraídos por el infante Sancho, aunque nunca fueron consumados, con Guillerma de Montcada.

El matrimonio fue considerado nulo al principio y, por tanto, todos los hijos nacidos fueron considerados ilegítimos. Por todo ello, se sostuvo que habían cometido incestas nuptias, excessus enormitas y publica infamia y fueron excomulgados por el Papa. En 1283 nació su hija primogénita en Toro, la infanta Isabel de Castilla.

El matrimonio no fue del agrado de Alfonso X, que ya estaba enemistado con su hijo desde la muerte en 1275 de su hijo y heredero, el infante Fernando de la Cerda, y la consiguiente pretensión del infante Sancho de proclamarse heredero del trono, soslayando con ello los derechos de los infantes de la Cerda, hijos del difunto infante y herederos del trono. Además de la rebelión del infante Sancho contra su padre el rey, la ejecución del infante Fadrique de Castilla en 1277, que había sido ordenada por su propio hermano, Alfonso X, había motivado que parte de la alta nobleza y de los ricoshombres del reino se decantasen a favor del infante Sancho en la lucha que éste último mantenía contra su padre.

En abril de 1284 el infante Sancho y su esposa recibieron en Ávila la noticia de que había fallecido en la ciudad de Sevilla Alfonso X, y la de que en su testamento, el difunto rey desheredaba a su hijo Sancho en favor de su nieto, Alfonso de la Cerda. Al día siguiente Sancho IV y María de Molina, terminados los funerales en memoria de Alfonso X, cambiaron los ropajes de duelo por brillantes paños de oro reales, y Sancho IV fue proclamado soberano de Castilla, haciendo reconocer como reina a María de Molina, y a su hija, la infanta Isabel de Castilla, como heredera del trono. Posteriormente se dirigieron a la ciudad de Toledo donde tendría lugar la coronación en su Catedral. A primeros de mayo entraron en la ciudad y fueron coronados monarcas de los reinos de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia, de Jaén y del Algarve.

El día 25 de abril de 1295 falleció el rey Sancho IV, dejando como heredero al infante Fernando. Sepultado el rey en la Catedral de Toledo, María de Molina se retiró al primitivo Alcázar de Toledo para guardar un luto de nueve días. La reina fue la encargada de ejercer la tutoría durante la minoría de edad de su hijo que sólo contaba con nueve años de edad. Debido a la ilegitimidad de su hijo Fernando, causada por el matrimonio ilegítimo de sus padres, la reina tuvo que sortear numerosas dificultades para conseguir que su hijo permaneciera en el trono.

A principios de 1296, el infante Juan de Castilla el de Tarifa, quien se había rebelado contra Fernando IV, tomó Astudillo, Paredes de Nava y Dueñas, al tiempo que su hijo Alfonso de Valencia se apoderaba de Mansilla. En abril de 1296 Alfonso de la Cerda invadió el reino acompañado por tropas aragonesas, y se dirigió a la ciudad de León, donde el infante Juan fue proclamado rey de León, de Sevilla y de Galicia.

Acto seguido, el infante Juan acompañó a Sahagún a Alfonso de la Cerda, donde fue proclamado rey de Castilla, Toledo, Córdoba, Murcia y Jaén. Poco después de ser coronados Alfonso de la Cerda y el infante Juan, ambos cercaron el municipio vallisoletano de Mayorga, partiendo al mismo tiempo el infante Enrique al reino nazarí de Granada para concertar la paz entre el monarca granadino y Fernando IV, pues los granadinos atacaban en esos momentos en toda Andalucía las tierras del rey, que eran defendidas, entre otros, por Alonso Pérez de Guzmán.

El día 25 de agosto de 1296, falleció el infante Pedro de Aragón, víctima de la peste, mientras se encontraba al mando del ejército aragonés que sitiaba la ciudad de Mayorga, perdiendo con ello el infante Juan a uno de sus valedores. Debido a la mortalidad que se extendió entre los sitiadores de Mayorga, sus comandantes se vieron obligados a levantar el cerco.

Mientras el infante Juan de Castilla el de Tarifa y Juan Núñez de Lara aguardaban la llegada del rey de Portugal con sus tropas para unirse a ellos en el sitio al que proyectaban someter la ciudad de Valladolid donde se encontraban la reina María de Molina y Fernando IV, el rey aragonés atacó Murcia y Soria, y el rey Dionisio de Portugal atacó a lo largo de la línea del río Duero, al tiempo que Diego López V de Haro sembraba el desorden en su señorío de Vizcaya.

Maria_de_MolinaMediante el tratado de Alcañices quedaron fijadas, entre otros puntos, las fronteras entre Castilla y Portugal, que recibió una serie de plazas fuertes y villas a cambio de romper sus acuerdos con Jaime II de Aragón, con Alfonso de la Cerda, con el infante Juan de Castilla el de Tarifa, y con Juan Núñez II de Lara.6 Al mismo tiempo, en el tratado de Alcañices fue confirmado de nuevo el proyectado enlace entre Fernando IV de Castilla y la infanta Constanza de Portugal, hija del monarca lusitano, al tiempo que se acordaban los esponsales entre el infante Alfonso de Portugal, heredero del trono lusitano, y la infanta Beatriz, hermana de Fernando IV. Por otra parte, el monarca portugués aportó un ejército de trescientos caballeros, puestos a las órdenes de Juan Alfonso de Alburquerque, para ayudar a la reina María de Molina en su lucha contra el infante Juan de Castilla el de Tarifa, que hasta ese momento había recibido el apoyo del rey de Portugal.

Además, se estipuló en el tratado que las villas y plazas de Campo Maior, Olivenza, Ouguela y San Felices de los Gallegos serían entregadas a Dionisio I como compensación por la pérdida por parte de Portugal, durante el reinado de Alfonso III de Portugal, de una serie de plazas que le fueron arrebatadas por Alfonso X de Castilla. Al mismo tiempo, le fueron entregadas al rey portugués las plazas de Almeida, Castelo Bom, Castelo Melhor, Castelo Rodrigo, Monforte, Sabugal, Sastres y Vilar Maior. Los monarcas castellano y portugués renunciaron a plantearse mutuamente reclamaciones territoriales en el futuro, y los prelados de los dos reinos acordaron el día 13 de septiembre de 1297 apoyarse mutuamente y defenderse de las posibles pretensiones, por parte de otros estamentos, de restarles libertades o privilegios. El tratado fue ratificado no sólo por los dos monarcas de ambos reinos, sino también por una representación abundante de los brazos nobiliario y eclesiástico de ambas naciones, así como por la Hermandad de los concejos de Castilla y por su equivalente del reino de León. A largo plazo las consecuencias de este tratado fueron duraderas, ya que la frontera entre ambos reinos apenas fue modificada en el curso de los siglos posteriores, convirtiéndose de ese modo en una de las fronteras más longevas del continente europeo.

Por otra parte, el tratado de Alcañices contribuyó a asegurar la posición en el trono de Fernando IV de Castilla, insegura a causa de las discordias internas y externas, y permitió que la reina María de Molina ampliase su libertad de movimientos al no existir ya disputas con el soberano portugués, que había pasado a apoyarla en su lucha contra el infante Juan de Castilla el de Tarifa, quien, en esos momentos, aún seguía controlando el territorio leonés.

Fotografía: Wikipedia. Lourdes Cardenal

Fotografía: Wikipedia. Lourdes Cardenal

A finales de 1297, la reina envió a Alonso Pérez de Guzmán al Reino de León para que combatiese al infante Juan, quien seguía controlando el territorio leonés.

En noviembre de 1301, hallándose la corte en la ciudad de Burgos, se hizo pública la bula por la que el papa Bonifacio VIII legitimaba el matrimonio de la reina María de Molina con el difunto rey Sancho IV, siendo por tanto sus hijos legítimos a partir de ese momento. Al mismo tiempo, se declaró la mayoría de edad de Fernando IV.

En el año 1321 la reina María de Molina enfermó de gravedad y dispuso su alojamiento en el desaparecido convento de San Francisco de Valladolid, ya que el Palacio Real de Valladolid se encontraba en obras. Su nieto Alfonso XI contaba con diez años de edad, y la reina convocó a los caballeros del concejo de Valladolid y les encomendó a su nieto a fin de que velasen por él, le cuidasen y le protegiesen. Asimismo, la reina les encomendó a su nieta Leonor de Castilla, hermana de Alfonso XI y futura esposa de Alfonso IV de Aragón.

María de Molina falleció el día 1 de julio, dos días después de haber otorgado su testamento. El sepulcro de la reina María de Molina se encuentra en el monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid.

Fuente y más info: wikipedia

http://iesmariademolina.centros.educa.jcyl.es

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