Hablar de Llamas de la Ribera es hablar de agua. Agua que se hace vergel. En efecto, no sólo es el lugar en el que nace el río Órbigo, es también en el que se unen el Luna y el Omaña.
Por ello, desde la antigüedad, estas tierras estuvieron habitadas, buscando la fertilidad de sus tierras y el agua generadora de vida y de riqueza. Todo el entorno es de cultivos intensivos de regadío, con atención especial al cultivo del lúpulo y a las plantaciones de choperas.
Su iglesia de Ntra. Sra. Santa María o de de La Asunción, del siglo XVII, tiene una estructura tradicional de la zona. Construida en mampostería de piedra llama la atención la rotundidad de su torre y su campanario. Con entrada independiente y airoso chapitel, en su interior preside un altar mayor del renacimiento con influencia barroca. Aloja diversas tallas de interés como la Virgen de los Dolores, San Roque o el Cristo yacente en una urna de cristal y el barroquismo de sus retablos
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