Isbilya Subastas S.L. ubicada en la ciudad de Sevilla, ofrece para su próxima subasta que se celebrará los 25 y 26 de Enero de 2017 a las 18 horas, una selecta variedad de piezas, entre las que se destaca una Piedad atribuida al Maestro de Palanquinos (Activo en León, h. 1470-1500).
Fotografía: Isbilya Subastas
En 1998 Javier González Santos publicó como obra de Pedro de Mayorga una Asunción de la Virgen que actualmente se conserva en el museo de la Catedral de Oviedo y que, en origen, formó parte del retablo viejo de la Catedral de Oviedo, y del que se conserva dicha tabla (GONZÁLEZ SANTOS, J. (1998): “Pedro de Mayorga: ¿el Maestro de Palanquinos?”, Archivo Español de Arte, nº 284, pp. 409-417).
A través de dicha tabla pudo relacionar al llamado Maestro de Palanquinos con Pedro de Mayorga, documentado en León, y que fue el autor del mencionado retablo mayor.
El Maestro de Palanquinos fue dado a conocer por Manuel Gómez Moreno en 1908 y estudiado posteriormente por Chandler Rathfon Post en la década de 1940. Éste último había señalado la relación formal existente entre las seis tablas procedentes de la localidad de Palanquinos, que dieron nombre al artista con otras tablas, en especial, con el Retablo de Santa Marina de la localidad de Mayorga de Campos (Valladolid), que actualmente se encuentra casi en su totalidad en el Museo de Bellas Artes de Oviedo.
Pues bien, a partir de esas obras se ha podido reconstruir la personalidad de este maestro hispanoflamenco, muy cercano al estilo de otros pintores coetáneos bien conocidos como Pedro de Berruguete (Paredes de Nava, ca. 1445-1450-probablemente Madrid, 1503) o Fernando Gallego (Salamanca, documentado entre 1468 y 1507), ambos también activos en Castilla y León.
Pedro de Mayorga o Maestro de Palanquinos es un pintor que acusa la influencia de la pintura flamenca tan presente en la pintura que se realizaba entre las tierras de Burgos, Palencia, Valladolid o León en la segunda mitad del siglo XV.
Suele situar sus escenas en sobre fondos de paisaje que evocan las tierras nórdicas que estos pintores podían ver en las tablas flamencas que les inspiraron. A ello debemos sumar un estilo en las figuras sumamente expresivo, algo que se ve en los gestos y expresiones de dolor u otras emociones y en las posturas muchas veces contorsionadas de sus personajes.
Aquí se adivina un fuerte influjo de un maestro como Fernando Gallego, con el que tiene una fuerte relación. Esta tabla se puede relacionar con el estilo del Maestro de Palanquinos ya que en ella está presente esa impronta dramática en los rostros de los distintos personajes o el paisaje de raíz flamenca que se extiende a espaldas de los protagonistas.
Conviene precisar que, según las investigaciones más recientes, Pedro de Mayorga debió tener un amplio taller que colaboraba con el maestro en sus obras, incluso las principales.
