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Presentado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el libro “Zamora año de 1850”

La obra de Avrial es el testimonio gráfico del estado monumental de Zamora tal y como se encontraba poco antes del inicio de las destrucciones patrimoniales del último tercio del siglo XIX.

Zamora 1850La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha acogido esta mañana la presentación en Madrid del libro “Zamora Año de 1850”, que recupera el cuaderno de dibujos de José María Avrial y Flores, conservado en el Gabinete de dibujos del Museo de la Academia y considerado el primer catálogo monumental gráfico de la ciudad de Zamora. El acto ha estado presidido por el director de la Real Academia, D. Antonio María Bonet, y ha contado con la presencia del concejal de Cultural, Víctor López, la arqueóloga Hortensia Larrén, además de  los autores de la publicación.

El trabajo de José María Avrial fue descubierto por el historiador de arte Sergio Martín y el arquitecto Marco Antonio Martín, quienes han coordinado y dirigido la publicación que ahora se presenta tras digitalizar y analizar la colección de dibujos. En esa tarea han contado con el apoyo y la colaboración del Ayuntamiento de Zamora, y del IEZ Florián do Campo, mientras la imprenta Jambrina se ha encargado del trabajo de  encuadernación e impresión.

El libro que ya fue presentado en Zamora el pasado mes de junio, se articula en tres bloques. El primero es un acercamiento a la figura de José María Avrial y su obra, a su biografía, su relación con Zamora y a los contextos patrimoniales y culturales. El segundo ofrece la reproducción de los dibujos del cuaderno. Finalmente, el tercer bloque recoge el comentario crítico de cada uno de los diseños.

José María Avrial y Flores fue paisajista, profesor de dibujo, ornamentista y escenógrafo. Discípulo de Fernando Brambila, dedicó una importante etapa de su vida profesional a la escenografía colaborando con los célebres pintores Francisco Lucini y Francisco de Aranda. Sus trabajos cosecharon un inusitado éxito en algunos de los más importantes teatros del país, como el Teatro Español o el de la Cruz. Entre los años 1840 y 1850 alcanzó notable fama, lo que le proporcionó importantes encargos para realizar decoraciones y telones para los teatros de León, Oviedo, Gijón y Zamora, así como otros monumentos efímeros, como catafalcos o arcos de triunfo. El encargo por parte del Ayuntamiento de Zamora para realizar las decoraciones y el Telón de Boca del teatro, que por aquellos años se estaba reformando, trajo al artista a nuestra ciudad.

En cada uno de sus destinos Avrial completaba sus estudios sobre la arquitectura medieval analizando y dibujando los edificios de mayor interés, mediante un trabajo metódico, disciplinado y constante. De su mano se conservan otros importantes conjuntos gráficos de Segovia, Asturias, León o Madrid. Estos diseños se utilizaron tanto en publicaciones de la época (Semanario Pintoresco Español, Monumentos Arquitectónicos de España, etc), como en sus clases de dibujo, perspectiva y diseño.

El cuaderno de Zamora no sólo muestra una visión de sus monumentos en fechas muy tempranas (para muchos de ellos supone la primera representación gráfica conocida) sino que además estudia la ciudad en su conjunto, atendiendo a su territorio, en base a unos criterios vigentes y plenamente modernos para la época.

Del total de diseños del cuaderno de Zamora, veintidós tienen como temática la catedral (con vistas exteriores e interiores y numerosos detalles de su puertas, rejas y sillería), veintiséis se dedican a varios monumentos y plazas de la ciudad (edificios religiosos fundamentalmente con vistas interiores y detalles de los mismos) y ocho muestran panorámicas urbanas desde distintos puntos de vista, con especial importancia del río Duero, el puente de Piedra y el conjunto monumental castillo-catedral. La última imagen del cuaderno se dedica a una vista de la catedral vieja de Salamanca desde el Patio Chico, un excepcional e inesperado epílogo.

La obra de Avrial, anterior a las vistas de ciudades y monumentos españoles retratados por los fotógrafos extranjeros y nacionales a partir de la segunda mitad del siglo XIX, es el testimonio gráfico del estado monumental de Zamora tal y como se encontraba poco antes del inicio de las destrucciones patrimoniales del último tercio de ese siglo.

La nueva edición del cuaderno de Avrial será fuente imprescindible para el acercamiento a la historia patrimonial reciente de la ciudad de Zamora, enriquecerá los estudios existentes sobre la misma y abrirá nuevos caminos de investigación para ahondar en su conocimiento.

Texto y fotografía: http://www.ayto-zamora.org

 

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