Versión clásica

Últimos días para visitar en el Ateneo El Albéitar la exposición de cómic y fotografía del INJUVE

‘El Barco de Teseo’ y ‘Tinta Emergente’ reúne las creaciones de jóvenes artistas seleccionados en la última convocatoria del Instituto de la Juventud.

Fotografia: ULE

Fotografia: ULE

La exclusiva y sugerente exposición que estos días puede verse en la sala de muestras del Ateneo Cultural El Albéitar de la Universidad de León (ULe) última su presencia en la capital leonesa esta semana. Bajo el título ‘El Barco de Teseo’ y ‘Tinta Emergente’ se esconden interesantes propuestas artísticas de quince jóvenes artistas seleccionados en la convocatoria de Ayudas INJUVE (Instituto de la Juventud) para la creación emergente. En este sentido, y desde hace ya más de tres décadas, el Instituto de la Juventud ha apoyado ininterrumpidamente la creación emergente, primero con los Premios a la Creación y ahora con las ayudas a los proyectos de creación como es el caso de ‘El Barco de Teseo’

“El barco del Teseo” y “Tinta emergente” 

La propuesta ‘El barco de Teseo’ ofrece el trabajo de 15 jóvenes artistas en torno al concepto de identidad, en el que las obras se presentan en tres secciones: ‘Piezas de un mismo barco’, que hace alusión a la imposibilidad del individuo de conocerse como algo unitario, sino como conjunto de fragmentos; ‘El barco original’ donde se refleja cómo la identidad individual se forja de forma paralela a la social y, ésta obliga en ocasiones a utilizar máscaras para no ser rechazados; y ‘Construyendo un barco nuevo’, espacio en el que se analiza cómo las nuevas tecnologías ayudan a diluir el yo y crear otros virtuales.

En el caso de ‘Tinta Emergente’, la sala de Exposiciones de El Albéitar alberga los trabajos de cinco jóvenes ilustradores e historietistas, beneficiarios de las Ayudas del Instituto de la Juventud (INJUVE) para la Creación Joven. Aquí se puede disfrutar de la creación del colectivo Inefable Tebeos que hace un guiño a los más celebres autores de la historia del cómic con un peculiar álbum de cómic en el cómic; Libertad Ballester y Gabriela Pavisnki  que sorprenden con su nuevo concepto transgresor de novela gráfica que han llamado ‘tráiler literario’; la asociación Tetera y Kiwi, se cuestiona el oficio artístico del ilustrador, ese narrador gráfico, ese creador de arte secuencial, imprescindible y siempre reivindicativo;Carlos Aquilué, se sirve de la arquitectura religiosa de altar para recuperar el carácter pedagógico y evangelizador  de las esculturas y pinturas de devoción de antaño, y llevarlo a sus propias vivencias; y Gimena Romero, desafía al artista gráfico que es el ilustrador combinando piezas textiles y la poesía de Lorca.

Otros espacios para la  próxima semana 

Esta semana también concluyen otras dos exposiciones, aunque a diferencia de la colección del INJUVE, éstas sí podrán verse de nuevo en otros espacios de la Universidad de León. Es el caso del archivo fotográfico de la aristócrata Inés Luna Terrero que hasta el viernes estará en el Hall de Filosofía y Letras y que a partir del 25 de febrero se ubicará en el hall de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria.

Fotografía: ULE

Fotografía: ULE

El archivo documental de Inés Luna Terrero (1885-1953) muestra un recorrido por los años centrales de su vida a través de 40 fotografías extraídas de su álbum de fotos, compuesto por ella personalmente y que retrata tanto su vida cotidiana como sus aficiones y pasiones y, en especial, su amor por el campo charro.La familia Luna Terrero entregó en 2011 su fondo documental al Archivo Histórico Provincial de Salamanca, y de ahí destaca la colección de fotos que ahora llega a la Universidad de León.  Inés Luna Terrero (Bagneres de Luchon (Francia), como hija única heredó de sus padres, un ingente patrimonio con propiedades por toda la provincia de Salamanca, en Valladolid y Madrid. Estableció su residencia en la Finca El Cuartón (Traguntia), lo que supuso un choque frontal con las costumbres de la época, y más si cabe con la comarca de Vitigudino. Su relación con la sociedad salmantina fue escasa, por lo que su estancia habitual era Madrid. Viajera impenitente, alternó su vida en la finca con frecuentes viajes a Francia, Inglaterra e Italia, así como con otros por España, Centroeuropa o destinos más exóticos, como Túnez o Argelia. Hablaba siete idiomas, y una de sus grandes pasiones eran sus fincas. Una fatal enfermedad arrebataría su vida en Barcelona en 1953. Sin testamentos ni herederos directos, el Estado se hizo cargo de sus bienes, creándose una Fundación Benéfica que lleva su nombre.

De igual modo, la exposición ‘Suiza, país de Cómics’, organizada en colaboración con la Fundación suiza para la cultura Pro Helvetia, concluye el próximo 19 de febrero en la Biblioteca Universitaria del Campus de Vegazana y pasará a partir del día 25 de febrero a la Biblioteca del Campus de Ponferrada. 24 paneles y documentación virtual configuran esta exposición que explica el pasado y el presente de la cultura suiza del cómic, un país que posee una escena del cómic rica y diversa, pese a sus pequeñas dimensiones.

El telón histórico de esta exposición se abre con el ginebrino Rodolphe Töpffer – el “inventor” del cómic en la primera mitad del siglo XIX, y se cierra, a fines del siglo XX, con aquellos jóvenes creadores de cómics que, en los dos centros suizos: Ginebra y Zurich, ensayan nuevos acercamientos personales al medio y realizan experimentos artísticos en sus propias revistas y ediciones. La exposición incluye obras de Cosey, Matthias Gnehm, Mix & Remix, Noyau, Thomas Ott, Frederik Peeters, Nadia Raviscioni, Helge Reumann, Anna Sommer, Tom Tirabosco, Wazem y Zep, buenos ejemplos de la creación suiza actual del cómic.

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