Versión clásica

Dresde es sinónimo de cultura.

La cultura se puede interpretar y definir de diferentes formas. Pero también hay una forma muy simple de decirlo: Dresde. La profusión y suntuosidad de los extraordinarios bienes culturales es tan sobrecogedora que el visitante se queda simplemente sin palabras. Además, los habitantes de Dresde han logrado integrar todos estos tesoros en un maravilloso paisaje fluvial, de manera que del asombro se pasa rápidamente al puro entusiasmo.

Fotografía: Martínezld

Bien mirado, no se debería otorgar el atributo “de fama mundial” tan pródigamente. Pero en Dresde sí que es de lo más oportuno. No solo por los “tres grandes”, el palacio Zwingerla Semperoper y la iglesia Frauenkirche, sino también por el conjunto arquitectónico de la Terraza de Brühl, el Palacio Residencial, los castillos del Elba en la ladera de Loschwitz, el barrio residencial de villas de Blasewitz, la ciudad jardín de Hellerau y, obviamente, los doce museos de las Colecciones Estatales de Arte. Y no se olvide de la ubicación del centro de la ciudad a la orilla izquierda del río Elba, un punto angular de un plácido recodo fluvial.

Fotografía: Martínezld

La obra arquitectónica “famosa en el mundo entero” es el palacio Zwinger, que sigue siendo objeto de admiración como obra culminante del arte barroco. La iglesia Frauenkirche, reconstruida sobre sus ruinas, es seguramente la iglesia más relevante del protestantismo; y el teatro sajón de la Ópera Estatal, edificado en el estilo italiano del Renacimiento medio y bautizado como Semperoper por el nombre de su constructor, es sin duda uno de los teatros de música más bellos del mundo. Desde la zona de parque de la Terraza Brühl, el “balcón de Europa”, se dispone de unas fantásticas vistas sobre el río Elba y el Neustadt, situado enfrente y rodeado de edificios representativos tales como la Academia de las Artes y el Albertinium, con la galería Neue Meister y una colección de esculturas, representando así otra obra culminante de la ciudad. También los grandiosos museos como la Bóveda Verde en el Palacio Residencial, la mayor cámara del tesoro del mundo, la “Cámara Turca”, o la pinacoteca de los Antiguos Maestros con la Madonna Sixtina de Rafael enriquecen la agenda cultural de forma insuperable.

Fotografía: Martínezld

También como ciudad musical Dresde goza de fama internacional desde hace casi 700 años. No solo la ópera, la Orquesta Estatal, la Filarmónica y el coro de la Cruz despiertan entusiasmo con sus orquestas y compañías. Los festivales internacionales, las emocionantes producciones de teatro y de baile, y una serie de eventos espectaculares, como el Baile de la Ópera de Semper, tienen cabida en el programa durante todo el año. En Dresde la cultura también significa jazz: el Festival Internacional de Dixieland es el mayor festival de jazz con reminiscencias oldtime de Europa. Los momentos estelares tradicionales son el Riverboat Shuffle, el paseo del jazz a lo largo de la calle Prager Straße y el desfile Dixieland por el casco antiguo. Muchos eventos al aire libre, como las Noches de Cine a la orilla del Elba y los conciertos en los románticos jardines de los castillos del Elba, completan el calendario de festivales.

Fotografía: Martínezld

Las modernas obras maestras arquitectónicas demuestran que en Dresde no solo se cultiva lo tradicional. Muestras superlativas de ello son por ejemplo la Nueva Sinanoga o el Palacio de Cristal de corriente deconstructivista de Coop Himmelb(l)au, los famosos arquitectos austriacos.

Fotografía: Martínezld

Tampoco puede dejar de visitar la estación central, remodelada por el famoso arquitecto Sir Norman Foster, quien cubrió su histórica estructura de hierro con una membrana de teflón transparente, así como el Museo de Historia Militar. Este último ha sido ampliado y remodelado recientemente según el audaz diseño de Daniel Libeskind. Audaz fue también en su momento la construcción del “Milagro Azul”: el primer puente de Europa sin pilares, una obra de arte desde el punto de vista de la ingeniería y, simultáneamente, un fantástico mirador.

Y si su intención es visitar Dresde en diciembre, tendrá la ocasión de vivir otro gran acontecimiento cultural: el mercado navideño Striezelmarkt. En 1434 quedó constancia por primera vez de la celebración de este mercado navideño, el más antiguo de Alemania, y hasta el día de hoy sigue siendo una gran fiesta de luces, colores y olores. Disfrute del ambiente solemnemente conmovedor con un vino caliente o “Glühwein”, los típicos dulces de Navidad, las castañas asadas y el Christstollen o pan dulce navideño, que aquí se conoce como “Striezel”. Descubra otra especialidad de Dresde que solo se puede describir acertadamente con una palabra: de fama mundial.

Fotografía: Martínezld

 

Palacio Zwinger de Dresde con la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos

Esta obra maestra global es una de las construcciones más importantes del barroco tardío o rococó en Europa. La Puerta de la Corona (Kronentor) del casco dorado se ha convertido en uno de los emblemas de Dresde.

El Zwinger se utilizaba como lugar de celebración de festejos de la corte, sus edificios acogían ya por aquel entonces las colecciones de arte de los príncipes electores, la Biblioteca, la Galería de pinturas de los Antiguos Maestros, la Armería, la Colección de objetos de porcelana, el Museo de zoología y el Salón de matemáticas y física. Con sus espectaculares juegos de agua y su fantástico decorado, el patio invita a permanecer en él y, en el verano, se convierte en un escenario para actuaciones al aire libre.

Fotografía: Martínezld

Suntuoso edifcio y maravilla del sonido: la Ópera Semper

La Ópera Semper, construida entre 1838 y 1841 por Gottfried Semper, es el edificio de la Ópera Estatal de Dresde, que cuenta con una larga tradición histórica como ópera de la corte y nacional de Sajonia. El cuerpo musical de la ópera es la Orquesta Estatal Sajona de Dresde, que cuenta con una larga tradición. La refinada arquitectura y la particular acústica hacen de este templo de las musas la culminación de la arquitectura de los teatros del siglo XIX así como una de las óperas más hermosas del mundo. Este suntuoso edificio construido al estilo italiano del Alto Renacimiento cuenta con un impresionante equipamiento interior: muros, columnas y pasillos están lujosamente decorados con pinturas y ornamentos artísticos.

Fotografía: Martínezld

La Basílica de San Pedro del Protestantismo: la Iglesia de Nuestra Señora

La reconstruida Iglesia de Nuestra Señora está considerada como el punto álgido monumental de las iglesias protestantes y como una obra maestra del Barroco en Europa. Durante más de 250 años, la obra maestra del carpintero G. Bähr simbolizó el bienestar y la fe de los habitantes de Dresden. Construida entre los años 1726 y 1743, la destruida Iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche) se convirtió después de 1945 en un monumento conmemorativo contra la guerra; hoy en día constituye un símbolo de la reconciliación. Inaugurada nuevamente durante una ceremonia en el año 2005 bajo la mirada del mundo entero, lujosos conciertos, contemplativos servicios religiosos y visitas gratuitas invitan a participar en la maravillosa experiencia de la Iglesia de Nuestra Señora.

Arte en la ciudad jardín: el Gran Teatro Hellerau

El Gran Teatro Hellerau, en la primera ciudad jardín alemana, se construyó en 1911 según los diseños del arquitecto Heinrich Tessenow. Aquí, donde el estilo Bauhaus tiene sus raíces, resurge el legendario mito Hellerau, que constituye, tanto hoy como antaño, un fascinante lugar del arte frente a las puertas de Dresde en el que se plasman visiones y experimentos artísticos. Desde 2004, alberga el Centro Europeo de las Artes de Hellerau, que es considerado experto en un estilo de arte interdisciplinar centrado en la vanguardia europea. El programa abarca teatro, baile, arte mediático, artes plásticas, representación y música.

El cine más estrafalario: Palacio de “cristal“ UFA

 El particular diseño de este cine es obra de la cooperativa de arquitectos con sede en Viena llamada Himmelb(l)au (juego de palabras: azul/obra celeste/celestial) del año 1997/98. Esta construcción de cristal que parece querer alcanzar el cielo se levanta como ejemplo del deconstructivismo como fuerte contraste con los edificios planos de la época de la RDA. La fachada exterior forma en sí misma un contraste entre la arquitectura de hormigón, de acero y de cristal. Gracias a la parte de vidrio del revestimiento exterior, que se sostiene por medio de un esqueleto de acero, se forma una estructura cristalina que da nombre al edificio.

Algo de historia

Dresde es la capital del estado federadode Sajonia, en Alemania. Limita al noroeste con el distrito de Meißen, al noreste con el de Bautzen y al sur con el de Sächsische Schweiz-Osterzgebirge. Dresde se encuentra justo en el centro de la conurbación homónima. Situada en el centro de Europa, constituye un nudo de transportes fundamental a la vez que un centro económico de gran importancia. Esta aglomeración, junto con la de Chemnitz-Zwickau y la de Leipzig-Halle, constituyen la llamada “región metropolitana del triángulo sajón”. La población total de Dresde supera los 525.000 habitantes y su correspondiente Regierungsbezirk o región administrativa, el millón y medio.

Fotografía: Martínezld

El Valle del Elba en Dresde fue Patrimonio de la Humanidad de la Unesco entre 2004 y 2009, pero perdió su sitio en dicha lista debido a la construcción de un puente a dos kilómetros del centro histórico. De este modo, se convirtió en el primer lugar en Europa y segundo en todo el mundo en perder esta condición.

En 2015, la ciudad fue laureada, junto con la sueca Vara con el Premio de Europa, una distinción otorgada anualmente por el Consejo de Europa, desde 1955, a aquellos municipios que hayan hecho notables esfuerzos para promover el ideal de la unidad europea.

En 1685 ardió completamente la antigua ciudad de Dresde y necesitó bastantes años para su total reconstrucción como “Nueva ciudad regia” (hoy Neustadt). Bajo el gobierno de Augusto el Fuerte, Dresde se labró su fama de ciudad cultural que todavía mantiene. Durante el siglo XVII, Dresde fue conquistada por Prusia en dos ocasiones (Guerra de Sucesión Austriaca (1745) y Guerra de los Siete Años(1756). Durante esta última contienda, los prusianos quemaron la ciudad. En 1760 Dresde fue asediada otra vez por Prusia, esta vez sin éxito, pero tuvo que soportar un bombardeo.

Schiller en 1785 escribió en esta ciudad la Oda a la Alegría, el poema que es actualmente el Himno de la Unión Europea.

A principios del año 1791 se firma en Dresde la Declaración de Pillnitz, que dio comienzo a las hostilidades entre Francia y Alemania, que durarían 150 años, ya que los monarcas alemanes se arrogaron el poder de destruir los resultados de la Revolución francesa. En la Guerra de liberación contra Napoleón, Dresde se involucró enormemente. El año 1813 tuvieron lugar en los alrededores de Dresde batallas decisivas en la revolución de Leipzig: en este caso Sajonia con Dresde a la cabeza luchó junto a los franceses, que protegieron la ciudad y la defendieron contra los posteriores ataques.

A lo largo del siglo XIX Dresde se convirtió en la capital de uno de los reinos más fuertes que había en el Reichformado en 1871.

Durante la Primera Guerra Mundial, Dresde permaneció incólume. Después de la Revolución de Noviembre de 1918 se convirtió en la capital del Estado libre de Sajonia.

Fotografía: De Bundesarchiv, Bild. Wikipedia

La ciudad recibió un durísimo golpe al final de la Segunda Guerra Mundial. En febrero de 1945, apenas doce semanas antes de la capitulación de la Alemania nazi, Dresde fue objeto de una serie de bombardeos que desencadenaron una tormenta ígnea que redujo a escombros su centro histórico (véase Bombardeo de Dresde). El número de muertos se estimó en un principio en varios cientos de miles y varía enormemente en función de la fuente, pero la línea mayoritaria en la historiografía actual lo sitúa entre 22.700 y 35.000 muertos, decantándose los estudios más recientes por las cifras más bajas.  El ataque aéreo de los aliados sobre Dresde sigue siendo uno de los episodios más polémicos y controvertidos de la Segunda Guerra Mundial

Al repartirse Alemania las potencias aliadas, la ciudad quedó dentro de la zona de ocupación soviética y posteriormente, a partir de 1949, se integró en la República Democrática Alemana (RDA). En comparación con otras zonas de Alemania, Dresde fue una ciudad que vio reconstruida buena parte de las áreas históricas que habían sido destruidas durante los bombardeos. Debido a las protestas de los vecinos, las partes no destruidas del barrio de Neustadt se salvaron de la demolición.
Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 y la Reunificación alemana, la ciudad pasó a ser parte de la RFA y la Unión Europea. En esta época fueron derribados más edificios antiguos. También otros muchos fueron reconstruidos gracias a subvenciones. Muchas zonas de Dresde sirven como ejemplo de la exitosa restauración de edificios representativos y permanecen como emblemas del patrimonio nacional.
En el año 2005 se culminó la reconstrucción de la Frauenkirche, iglesia que se ha convertido en el símbolo de la reconstrucción de la ciudad.
Fuente y más info: http://www.germany.travel

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