Versión clásica

El chotis regresa a la plaza de Oriente 175 años después de su nacimiento en el Palacio Real

El chotis se interpretó por primera vez en una fiesta organizada por la reina Isabel II y fue reinterpretado en Madrid hasta convertirse en símbolo del espíritu castizo. Agrupaciones y asociaciones tradicionales han llenado hoy la plaza de Oriente en una jornada que ha reunido a vecinos y visitantes. Manuel de Segura, María Pepa de Chamberí, María Rodríguez y Olga María Ramos han puesto voz a la celebración.

175 años del chotis

Fotografía: Ayto. Madrid

La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, acompañada por el concejal de Centro, Carlos Segura, ha asistido esta tarde a la celebración del 175º aniversario del chotis, que ha tenido lugar en la plaza de Oriente con la organización de la Federación de Grupos Tradicionales Madrileños y la colaboración del Ayuntamiento de Madrid. El homenaje recuerda la primera vez que se bailó el chotis en Madrid, la noche del 3 de noviembre de 1850, durante una fiesta organizada por la reina Isabel II en el Palacio Real.

El encuentro ha conmemorado un símbolo del patrimonio cultural inmaterial madrileño que desde hace casi dos siglos forma parte de la identidad popular de la ciudad. Durante el acto, las agrupaciones y asociaciones participantes han llenado la plaza de chulapos y chulapas, mantones y claveles, en una jornada que ha contado con la asistencia de vecinos y visitantes.

El público ha podido disfrutar de las actuaciones de Manuel de Segura, María Pepa de Chamberí, María Rodríguez y Olga María Ramos, que han interpretado algunos de los temas más emblemáticos de su repertorio.

El nacimiento del chotis madrileño

Procedente del término alemán schottisch —que significa ‘escocés’—, llegó como una moda aristocrática importada desde Bohemia y fue presentado hace 175 años en el Palacio Real como ‘polca alemana’. Pronto se extendió más allá de los salones aristocráticos, transformándose en el baile madrileño que hoy conocemos.

A finales del siglo XIX, el chotis ya sonaba en organillos y salones de barrio, y poco después llegó a las verbenas de San Isidro, donde alcanzó su máxima expresión. El músico italiano Antonio Apruzzese fue quien adaptó sus compases al organillo, dando lugar a la melodía que aún resuena en las calles. /

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